Sergio ha vuelto a hacerlo. Sin desperdiciar la oportunidad que le brindaba Leclerc en la salida, tomaba la delantera protegido por el abundante spray que levantaban los coches. A partir de completar el primer giro y con la pista algo más dulce con los monoplazas, el de Guadalajara ha hecho lo que mejor sabe hacer: gestionar su posición en carrera con elevadas dosis de inteligencia y frialdad, ya que la fina aerodinámica de su RB18 lo permitía en aire limpio.
A pesar de lo que pueda llegar a parecer, la prueba no ha resultado fácil para el mexicano. Marina Bay es un trazado poco dado a perdonar errores y Pérez no los ha cometido a pesar de rodar en cabeza las 59 vueltas que (finalmente) han compuesto la cita. Pena que estas situaciones sólo se den cuando Max no cuenta, porque La serpiente emplumada merece más espacio en su escudería y lo está pidiendo a gritos.
Os leo.
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