Mencionábamos a comienzos de marzo que el cacharro de Milton Keynes tenía todas las papeletas para convertirse en «tendencia» [#Unboxing (Red Bull)], y conviene recordar que lo hicimos cuando se afirmaba sin atisbo de sonrojo que las unidades de potencia Mercedes-Benz iban llevar la voz cantante esta temporada, o que el efecto suelo 2022 resultaba soft comparado con el mítico de finales de los setenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado que «aplastaba» los wing-car contra el asfalto...
Sea como fuere, la factoría Newey volvía a dibujar las coordenadas sobre las que trabaja el grueso de la parrilla a pesar de la lección de diseño (sic) que proponía el W13 con sus cambios radicales. Y lo comento porque la nueva normativa para fondos planos, que se aplicará a partir del próximo Gran Premio de Bélgica, puede hacer daño a este esquema y lastimar la excelencia del RB18, un monoplaza que ha vuelto a hacerse fuerte en el paso por curva gracias a la downforce que produce su suelo.
Obviamente todo dependerá de la reacción ante el nuevo marco regulativo que entrará en vigor a la vuelta de vacaciones, pero, en principio, la de Horner sigue siendo, y de manera indiscutible, una de las dos principales candidatas a llevarse los títulos de Constructores y Pilotos.
Os leo.
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