La Race 2 del Grand Prix of Indianapolis resultó más discretita de lo esperado, quizá porque el vencedor de la prueba salía segundo junto al poleman Felix Rosenqvist y la aerodinámica de los monoplazas impide alegrías como las de antes de la incorporación del Aeroscreen. Pero no adelantemos acontecimientos porque tampoco supuso pan comido para Alexander Rossi.
La arrancada tuvo su nota discordante en el contacto entre Colton Herta y Patricio O'Ward, que colocó al mexicano de Arrow McLaren en mitad de la montonera y abría espacio para que Josef Newgarden se sumara a la fiesta de la cabeza. Herta se recuperó y comenzó a devorar millas, de manera que para la vuelta 11 de las 85 que constaba la carrera, la lideraba con Rossi a cola de su vehículo, seguido por Christian Lungaard y Rosenqvist, lo que motivó movimiento en la calle de pits, con O'Ward adelantando parada por ver si mejoraba posiciones, que lo hizo.
En fin, todo el mundo iba cumpliendo el guión previsto: alcanzar la vuelta 60 sin demasiados problemas para jugar cartas en el último relevo, pero el abandono de Simon Pagenaud en la 36 y la rotura del coche de Colton Herta en la 42, cuando era líder, cambiaron el discurso...
Alexander Rossi aprovechó la coyuntura para ponerse primero, marcar distancias con los rivales y ver desde esa plaza el banderazo final. Christian Lungaard terminaba segundo con Will Power haciendo tercero. McLaughlin y Newgarden cerraban el Top Five.
Os leo.
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