Los meteorólogos acertaron en sus pronósticos para el Gran Premio de Mónaco pero finalmente vino Paco con la rebaja, y menos mal que no la trajo en maleta grande sino en maletín de mano.
Decía el otro día, más o menos, que la ilusión de un Monaco pasado por agua se nos iba a chafar por algún lado y casi acierto [Mejor que no venga Paco], y no porque sea yo la Bruja Lola o el Hechicero Merlín, sino debido a que hay cosas que no cambian porque para hacerlo deberían saltar los cimientos del comodorro statu quo en que viven los equipos.
Acordaros de la que montó Toto el año pasado cuando Russell destrozó con su Williams el W12 de Bottas en Emilia-Romagna, creo, pues por ahí van los tiros de lo que sucedió ayer.
Los coches son carísimos y ante la caída de cuatro gotas es preferible esperar a que escampe con tal de que vuelvan enteros a garajes. Se presiona a la FIA para que retrase la salida, y como a ésta hay que darla de comer aparte se recurre a un ardid que ¡vaya casualidad que se fuera la luza!, y se pospone el arranque y total para nada, porque finalmente se da inicio a la prueba casi en peores condiciones porque hay que cumplir contratos y no se puede repetir la hazaña de Bélgica 2021...
Me callo ya porque noto que me voy calentando.
Lluvia, Mónaco, todo el mundo esperando olvidar los truños habituales y revivir gestas pasadas pero no, llegó Paco, se alinearon los astros y salió castaña pilonga y mojada.
De las 78 vueltas programadas se lograron completar 64 y con interrupciones. Empezó la cosa con Maylander al frente pero fue un amago. Interrupción, fundido de plomos y Bern que vuelve a los mandos de su Mercedes como una hora y cuarto después del comienzo programado. Y la Federación, que estaba en su salsa porque da lo mismo que Dirección de Carrera sea bicéfala o esté compuesta por una terna de Dementores, a liarla, que es lo suyo, incluso decretando una bandera roja que primero fue Virtual Safety Car, luego Safety Car, y definitivamente neutralización.
Mónaco, lluvia, sueños, pesados trasatlánticos circulando por sus calles ¡snif, snif!
Os leo.
No se nos olvide una cosa, si volviera a pasar una lluvia como la de Spa, no tenemos mejores soluciones que las que hubo hace un año, es decir, hacer un simulacro, guindar el dinero de los fans y recoger los bartulos.
ResponderEliminarAfortunadamente la costa azul no es un sitio donde suela haber lluvia monzonica y cuando llueve suele escapar, y mas o menos se pudo celebrar la carrera bastante bien.
Pero si, con las restricciones presupuestarias a lo mejor vemos algun dia q alguien no puede correr por que no hay dinero dispobible para arreglar el coche.