Fuimos jóvenes, tuvimos sueños y gozamos de banda sonora cuando creíamos ser capaces de comernos el mundo antes de la primera derrota, de las siguientes derrotas; de esa derrota en particular que descuadernó nuestro barco, hizo que las tracas del forro saltaran en mil pedazos y finalmente lo varó, herido de muerte, en las arenas que una vez hollaron los pies del equipo de atletismo de Inglaterra.
Bastaba creer. Todo era tan sencillo como creer que la victoria resultaba posible, que el duro entrenamiento servía de algo, que el monstruo dejaría de destruir nuestra infancia, que Isa estaría siempre a nuestro lado.
Nos quedaban Vangelis y sus piezas inmortales, la orilla y ese momento en que una vez nos sentimos reyes del universo porque creer suponía la mejor elección, la única posible, y ahora que ha muerto el hombre que puso sonido a nuestros sueños y la playa está vacía, aunque el ambiente recuerda el trote de los hombres de Sam Mussabini bajo las notas de Chariots of Fire, el lienzo inmaculado que se despliega bajo nuestros pies supone, también, una nueva oportunidad para admitir que creer nunca ha sido suficiente y debemos seguir escribiendo secuencias que borrará el mar.
Al monstruo lo destruimos nosotros, cada día, Isa continuará junto a nosotros mientras sigamos sintiéndola cerca y acariciemos su generoso recuerdo. Luchamos en desventaja contra los elementos, somos fungibles pero capaces de ser en tanto queramos seguir siendo. Nuestras huellas serán pasado a poco que el agua se empeñe en alisar la arena, pero siempre podremos volver a intentarlo con Vangelis sirviéndonos de fondo musical.
Os leo.
Que grande Vangelis, descanse en paz, cuantas melodías geniales dejó, siempre formará parte de la banda sonora de mi vida. Inolvidable en la serie Cosmos de Carl Sagan, siendo yo un crío ahí es donde empezó a fascinarme...
ResponderEliminarRecuerdo esas madrugadas, en las veces que regresaba a casa en soledad tras la juerga de rigor (no siempre había suerte), escuchando la reposición de mi amado Milenio 3 con el Dragón de Vangelis de fondo.
ResponderEliminarTambién ha sonado alguna que otra vez mientras escribía o la liaba con las galeradas. Y hoy, que es sábado, inexorablemente a las cinco y media de la mañana me tendré que levantar a orinar porque mi vejiga se ha vuelto más cobarde.
Un saludo.
Y que nadie se olvide de la mítica banda sonora de Informe Semanal. ;).
ResponderEliminarBromas aparte, ha sido uno de los privilegiados que podría haber dicho esto segundos antes de irse:
“Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.”
Gracias Jose!