No oculto, ni pretendo hacerlo, el cada vez mayor rechazo que siento por la programación del calendario que ha hecho la F1 de un par de años a esta parte, en realidad, estoy un poco hasta aquél sitio del incumplimiento de las promesas que hizo Liberty Media a partir de enero de 2017, cuando se quitó de encima a Bernie Ecclestone.
Eliminando de la ecuación la implementación del Halo, que en sentido estricto es invento de los anteriores gestores [Toro Rosso prefiere que la implantación del «halo» se decida democráticamente], la cosa de la norteamericana se ha circunscrito como principal novedad a llevarnos de la mano a sitios raros, donde la Fórmula 1 no la conoce ni la madre que la parió, mientras afirmaba que buscaba recuperar nuestras raíces y tal; a cargarnos de citas y eventos que impiden el indispensable reposo y paladeo del producto que consumimos, y a quitarnos las pit babes, que no se me olvide, acaecido que incide en que ya a comienzos de 2018 ellos sabían perfectamente dónde íbamos, y como en nuestro destino los centímetros de piel femenina depilada levantan pasiones irrefrenables en el personal masculino, pues eso mismo...
Nuestra taberna huele a moho, a cerrado, a rancio, y no soy yo, que me ducho cada mañana.
Con una prensa especialista cuyo principal cometido al levantarse es luchar contra los clickbaits, los influencers en redes y los youtubers, circunstancia que nos impide siquiera soñar con volver a tener un Javier del Arco o un Carlos Castellá, nos quedan los gurús de siempre, la verdad británica, Netflix haciéndonos los resúmenes finales de cada temporada, mintiendo un poco o mintiendo mucho, y una patrona, Liberty, que nos ha tomado la medida y nos lleva dónde y como quiere.
Os leo.
A mí me pareció bien que quitaran la exposición machista de chicas en la parrilla, pero ¿tenían que dejar los himnos nacionales, los desfiles de aviones militares y demás mierdas? Tampoco me gusta que los trofeos los entreguen autoridades políticas; deberían ser otros deportistas quienes lo hicieran. Pero qué sabrá un mindundi como yo.
ResponderEliminarCuanto se echa de menos a "Maese" Castellá y a Javier del Arco.
ResponderEliminarHace años cuando empezó la edición española de F1 Racing yo siempre empezaba la lectura por la pagina/columna de Javier del Arco.
O la lectura del Blog de "Maese" aqules "Cuarenta años nos contemplan" donde respondía personalmente a todos los comentarios que dejábamos quienes le seguíamos...
Lamentablemente como decía Gustavo Adolfo Becquer en su "Volverán las oscuras golondrinas" :
"... aquellas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!..."
Ni chicas, ni tabaco, ni penthouse, ni alcohol...
ResponderEliminarPero sí Arabia Saudí.
O el timo de Bélgica 2021, un atraco a la afición, diría que peor que Indy 2005.
Pero se llama "exposición machista" a poner chavalas libres en pitlane, mientras que nadie llama "racismo" o "machismo" a cuando sacan un primer plano de un box si en él hay una tía o una persona negra (y me estoy autocensurando, pero no diré jamás "de color"), para hacerse los progres o chupiguays-mirad-qué-moderna-es-la-F1.
En fin.. A ver este año las gansadas del autoproclamado GOAT, en una temporada arcoíris, jijiiji que guay.
Pos ya ha empezado por cambiar su apellido para empoderar a su madre. No pierde oportunidad de postureo oiga. ;B
EliminarSamurai. De esntrada el GOAT ya se ha cambiado el apellido.... Comienza el show....
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