Huele a Navidad, suenan villancicos, y la Fórmula 1 da sus últimos boqueos donde Brian perdió la sandalia...
La semana venía intensita pero de momento no ha llegado la sangre al río. Masi se ha puesto para el fin de semana sus calzones más holgados y se notaba ayer. ¿Para qué iba a amonestar por tercera vez esta temporada a Hamilton, si, reglamento en mano, al pobre le podía haber hecho un hijo de madera? A partir de ahí todo fue manga ancha y Light Sporting Code. Hoy Dios dirá, obviamente, aunque Red Bull se cascó un asalto antológico a la pole, con Max en estado de gracia, enchufadísimo, que ha puesto al holandés primero en la parrilla y saliendo con blandos mientras que Lewis, segundo mejor tiempo, lo hará con medios.
Como explica David en los comentarios al texto anterior [Dos filosofías, dos espíritus], la elección de compuestos del primer relevo tampoco es determinante. Hay que cubrir 58 vueltas a Yas Marina y ganará quien se muestre más frío y eficaz en pista. La vieja retórica: hasta el rabo todo es toro.
Os leo.
En una palabra: ORGASMO. Justicia divina al fin.
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