La resaca

Lo importante era participar, disfrutar, reconocer al vencedor, pero aún continúa la resaca anglosajona y amenaza con perpetuarse, y total, porque Hamilton no ha sido agraciado en la tómbola de Michael Masi.

Al pobre Verstappen se le olvidó decir por radio: ¡Esto está siendo manipulado, tío!, cuando se enteró de que Pirelli cambiaba la estructura de sus neumáticos traseros para el resto de la temporada [Una esperanza para Mercedes: Pirelli y la FIA cambiarán los neumáticos de la Fórmula 1 a partir de Silverstone]. 

Olvidos, olvidos. Tratar de parecer bueno cuando sabes que te señalarán como malo, sólo lleva a dar ventaja al lobo feroz, sus secuaces, y quienes siempre están dispuestos a encalar las sucias paredes de la cloaca donde habita. Y así llegas a la última carrera siendo un malo que intenta parecer bueno, lo que alimenta a los que afirmaban que tenían razón en sus estimaciones y ahora cuentan con hechos que lo demuestran.

Max es hijo de idéntica cultura a la que alumbró a Lewis en 2007 y a Sebastian en 2010, no hace falta que me lo expliquéis porque lo sé de sobra, pero, en 2021, el hijo de Jos ha sido víctima del mismo engranaje que lo elevaría a los altares si no estuviese el británico en la ecuación, claro. ¿Es justo?, ¿no lo es...?

Si os soy sincero a mí me importa un bledo. Vettel también sufrió el mismo trato, y Rosberg. La prensa inglesa ha jaleado al holandés muy por encima de sus posibilidades, era la gran promesa hasta que se ha convertido en una amenaza insoportable. Lo único que ha cambiado esta temporada es que Caín le ha propinado una órdiga bien dada en todos los morros a Caín, porque, aterrizad de una vez, en esta historia le habían dado vacaciones a Abel. No existe el hijo bueno, olvidadlo. En esta película todos son malos y aquí radica que no seamos capaces de asimilar lo sucedido, ni siquiera hoy martes después de un fin de semana de Gran Premio, menos aún los british, of course!

Herr doktor Marko, actor secundario Horner, Wolff el racer, Masi el paniaguado, no son trigo limpio. Sus creaciones tampoco, pero en la oscuridad y el barro también hay categorías y este año ha ganado quien más lo merecía, punto pelota.

Así que alcemos los brazos al cielo y pidamos al Altísimo que la tónica y la ginebra se agoten pronto en Gran Bretaña, básicamente para que los guardianes de la llama dejen de dar la turrada y acepten de una puñetera vez que Max, como fenómeno sin par, les ha salido como tiro por culata y les ha jodido los planes, y que de ese pecado no tenemos ninguna culpa los aficionados.

Os leo.