Sí, escuchaba a Hagen. Cuando en septiembre estuvieron aquí Noa y sus padres entoné el mea culpa por calzar 62 tacos, con la humildad que me caracteriza, of course!, porque sin querer acabas pareciendo el Gran Maestre de la Logia de Cuñados.
Vivir es una jodienda, dejémoslo así. Tiene su parte buena, obviamente, acumulas muchas experiencias y siempre puedes llamar a alguien. Hay quien prefiere relatar que acaba de colgar el teléfono después de hablar con la Universidad X o el Departamento Y, yo prefiero decir que he hablado con mi hermana, o que guardo música de Nina Hagen.
Con 62 también te da para tener hijo, sobrinas y sobrinos de campanillas, con sus respectivas parejas, y para admitir que, como siga escribiendo aquí, tarde o temprano le tocará el turno a la tercera generación según tiro todo derecho y giro después a la izquierda sin llegar a la rotonda.
Disculpadme la chapa. No quiero que os pase como al cocinero atorrante que puso en cuestión que yo dispusiera de una colección de cochecitos a escala 1/43 y, obligándome a poner foto, ha convertido la serie en una de las más atractivas del blog [#1/43]. No os aburro. Noa levantó los ojos de su móvil cuando me escuchó decir que tener edad sólo sirve para parecer un cuñado insoportable, y sonrió cuando me reafirmaba en que calzar 62 es una putada en casi todos los sentidos, básicamente porque no puedes fardar como quisieras de lo acumulado.
Escuchaba a Nina Hagen cuando la mayoría de expertitos actuales no había nacido o recién había dejado de tomar papillas para atreverse con la comida sólida. La retirada de Angela Merkel y el comentario de Héctor sólo me lo han recordado. Y sí, hay muchas cosas que no sé y otras que descubriré pronto o nunca, pero me queda un olfato acostumbrado que me dice que, más allá de nuestros debates y ganas de arreglar el mundo desde nuestra cuentita en redes sociales, a los árabes les sale a renta bajar perfil durante cuatro días o una semana al año. Tolerar, dicen.
Que los monoplazas y el Coche de Seguridad y Médico hayan adoptado el verde esmeralda no significa otra cosa que nos hemos bajado los pantalones por encima de nuestras posibilidades. El que será nuevo propietario precisa señales de buen entendimiento y cortesía antes de sacar a lucir la chequera, y el paddock al completo se las está dando con la coño cita en Jeddah. Donde no había grafías alternativas hoy las tenemos y a cambio podemos disfrutar de algunos arco iris. Ganan ellos. Hemos perdido esta batalla aunque haya genuinos imbéciles que siguen discutiendo sobre el sexo de los ángeles y se enfurruñan ahora, a pesar de que cuando el Dakar comenzó a visitar Arabia Saudí defendían el cambio que se avecinaba.
Nos queda el rosso, la tradición, Carlos y Charles, que sabrán bailar en tierras áridas este fin de semana mientras suena Nina Hagen en el adiós a Angela Merkel, más Kaiser que Schumacher, y puesto que está todo perdido, permitidme que sólo tenga ojos para nuestro chiquillo... a él me confío.
Os leo.
:)
ResponderEliminarCompraba los discos cuando eran de vinilo en la Tony Martin, una tiendita de importación que te dejaba escuchar el disco sin tener que comprarlo. Apenas habían sonado las primeras notas del African Reggae de la Nina Hagen Band me enamoré de ese disco. Recientemente me he enterado que Nina grabó desde la distancia su voz, puesto que, aunque había abandonado la banda, por contrato le debía un álbum más a la discográfica. Bendito contrato y bendita banda. Nunca después ha tenido unos musicazos tan buenos.
ResponderEliminarUnbehagen, del 79, Miguel ;)
ResponderEliminarAfrican Reggae, sencillamente una pasada
Abrazote largo
Jose
Se imaginan correr en Jeddah en tiempos de Nelsinho?
ResponderEliminarCómo se hubiera resuelto eso?
Supongo que "casualmente" hoy por hoy son todos bien heterosexuales, porque si no, ¿el señor jeque de turno le entregaría la copa a un homosexual?
Saludos desde este multicolor Coño Sur