Relatos de mierda

Tranquilos, no voy a hablar de Lewis hasta el último párrafo, a fin y a cuentas Fernando siempre se ha referido al episodio compartido en McLaren como algo que no iba con su compañero sino con el equipo, ni siquiera ha mencionado a la prensa anglosajona, aunque a la postre, es ella la que levantó el relato de mierda que le afecta desde entonces y ha rescatado estos días Toto Wolff.

Y bien, conviene empezar aceptando que alrededor nuestro siempre se contruyen relatos de este tipo que nos acaban aquejando, no se libra nadie, aunque duela leer catorce años después cosas como «algo habrá hecho» o «su fama le precede» en referencia al de Oviedo, pues delata lo poquito que piensa por sí mismo el personal y lo hondo que ha calado el discurso propuesto por el mismo tipo de periodismo que va dando lecciones de buenos modales y urbanidad, pero durante la crisis de 2008 llamó PIGS (cerdos) a Portugal, Italia, Grecia y España, y entonó el mea culpa cuando Meghan Markle acusó de racismo a miembros de la Familia Real Británica [Laughable to say British press not racist].

Tampoco voy a extenderme con Alonso, descuidad. El hombre dijo hasta aquí hemos llegado al finalizar 2007, pero, como impidió la entronización del novato en su primer año de leal servicio a Su Majestad en un deporte que es británico de los pies a la cabeza, o eso dicen, se buscó un bonito enemigo en la prensa nativa, que como respuesta, en vez de recular sobre sus desproporcionados ataques al español eligió crear uno de los relatos de mierda más penosos de nuestra historia reciente. ¡Ahí, con dos avellanitas y un palo!

Obviamente, pedir algo de lógica a los relatos de mierda supone un despropósito. No la tienen, son simples como el mecanismo de un chupete y ligeros como un potito de frutas, por ello se consumen con suma facilidad. Pero, ¿cómo se hace un relato de estas características? Evidentemente, orinando y defecando abundante sobre la verdad, algo que describe magistralmente Umberto Eco en su novela Número Cero, donde explica también qué es la Macchina del fango...

Da lo mismo que Ron Dennis declarase ante el Consejo Mundial, en 2007, que era conocedor de los benditos correos electrónicos y dio la orden de entregárselos a la FIA, o, ya en 2015, que señalase que Hamilton había prendido el fuego ocho años antes: «... But also someone who had immaturity. Really, if you go along the "who struck the first blow" route, you know actually I would say that Lewis had his role to play in starting this process which escalated» [Alonso & Dennis have ‘unfinished business’ at McLaren]. Todo esto a la prensa del Reino Unido se la trae al pairo, como muchas cosas más, porque su relato de mierda busca sustantivar a Lewis Hamilton como el mejor piloto de todos los tiempos y la leyenda negra del bicampeón es más útil para su propósito que la cruda realidad.

Así las cosas, el periodismo especialista británico siempre dará pábulo a cualquier chorrada que refuerce su discurso, y tribuna a un ser de luz que es incapaz de pasarse por Lonely Planet para saber en qué consisten los carnavales españoles [How to celebrate Carnival in Spain].

Os leo.