Cuatro horas y media, o así

Iba a haber titulado esta entrada «So, Relax», de nuevo, porque Leon Redbone me transporta con su canción a las orillas del Mississippi cuando volver a ser Tom Sawyer me resulta imprescindible. Hoy mismo, a estas horas sin ir más lejos...

A ver cómo lo digo sin herir a nadie: da lo mismo lo que opine yo sobre cómo va a terminar el campeonato, si acierto o yerro, lo que sea, será, y habrá que aceptarlo como todos los años, sí, también 2007, 2010 y 2012. Tenéis suerte en este aspecto, entre la numerosa fauna que os rodea debo ser el único ejemplar al que le importa tres pimientos si llego lejos o me quedo tal cual estoy, en la apacible tranquilidad de Nürbu y mientras sienta ese pulso que me lleva a buscar imagen y tirar unas líneas sobre mi deporte favorito.

En serio, da lo mismo lo que opine porque entre mis opiniones y el final del Mundial quedan tres clasificaciones y unas cuatro horas y media de carrera, o así, en las que los pilotos tienen la última palabra. Sí, la prueba es un santuario en el que nadie puede meterse a indagar, mucho menos a leer el futuro, porque su metraje depende de seres humanos y materiales que pueden fallar o desfallecer. Podemos hacer quinielas, establecer pronósticos, intuir por dónde pueden ir los tiros, pero ese tiempo es sagrado y hay que respetarlo.

Dicho esto, Max es un chaval frío y muy inteligente a pesar de las numerosas muestras que da en sentido contrario, y sabe a estas horas que todo depende de cómo afronte cada una de las citas que quedan hasta que baje definitivamente el telón de la temporada. Él, mejor que nosotros, conoce sus oportunidades y las que le brindará su equipo, así que dejémosle hacer y confiemos en su trabajo. 

De momento va líder con un saldo que puede estropearme la apuesta que mantengo con Gus. Puedo ganar esas cervezas y seguiré tan contento. También puedo morder el polvo frente a mi amigo y me sentiré más contento aún, pero no por lo que pensáis. Como a Fernando también me gusta ganar. Sigo pensando que Max es quien más se merece este Mundial pero el que escribe sobre renglones torcidos es Dios, yo acabo de comprar un Cuaderno Rubio de caligrafía por ver si mejoro mi letra. Obviamente, no hay nada que comparar...

Os leo.