Está muy bien tratar de emular a Colin Chapman rodeado por sus creaciones, pero a don Lorenzo todo le viene grande en la instantánea y le faltan Pajares y Esteso, que en mi época otorgaban el label de calidad.
Sin don Andrés y don Fernando al lado, papá Stroll es un millonetis que se ha apañado Aston Martin, un W11 de concesionario pintado de green racing para competir este año, convenientemente renombrado, claro, una retroexcavadora y una elevadora, y, por supuesto, el prado donde levantará su fábrica de última generación un poco al modo de la de chocolate de Willy Wonka. Evidentemente sobra decorado y pose, y falta sustancia, que decimos por aquí... y Pajares y Esteso, que es de lo que veníamos hablando.
¡Que Dios nos coja confesados! Os leo.
Es que la mona, aunque se vista de seda, mona queda.
ResponderEliminarSaludos desde el Coño Sur
Y la foto tirada con flash para que destaque lo más importante. ¡Cómo se gusta oiga!
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