¿También tú, Jean?

¡Uf, pensaba que estaba sólo en esto! —es retórica, tampoco cojáis piedras tan temprano—, pero no, todo un Jean Todt piensa que las minicarreras propuestas por Liberty Media no hacen ninguna falta a la Fórmula 1, y ello a pesar de que los tiernos Gurús de sabores y colores andan como locos esperándolas, promocionándose con ellas y promocionándolas, porque Fernando, después del tiro postrero en Bakú, alabó eso de correr sin preocuparse de las gomas o la gasolina y soñó con que hubiera 25 oportunidades similares por temporada.

Lees cualquier ejemplo de literatura densa y bien escrita, y entiendes a la primera que siempre hay letra pequeña esperando en cualquier esquina del texto. Con las películas sucede igual detrás de cada fotograma... 

Es cierto que también se aprende de esto firmando hipotecas o créditos personales, o contratos de alquiler, o de trabajo, pero en el caso de las palabras del asturiano la letra pequeña es Helvética cuerpo 12, vamos, que se ve a simple vista. 

No preocuparse por los neumáticos o el consumo de combustible es una vieja aspiración nuestra. Hamilton ha pedido recientemente el retorno de los repostajes, y, salvando las inevitables distancias, en IndyCar nadie piensa en reducir la duración de las pruebas porque les salen lucidísimas y entretenidas en su formato actual, precisamente porque la preocupación por las ruedas y el carburante es infinitamente más razonable que en Fórmula 1 y el piloto dispone de más margen para centrarse en lo suyo y conducir a toda pastilla.

La letra pequeña en las palabras de Todt es más difícil de percibir. El francés no está de acuerdo con las ideas de Liberty pero la FIA que dirige no ha hecho nada sino agravar el problema que nos ha llevado a pensar que puede ser una solución a los males que afectan a nuestro deporte, intercalar citas puntuables de 100 kilómetros con carácter definitorio para la parrilla del domingo, que dinamitan los conceptos de clasificación y de pole, que, en sentido estricto, no resuelven el añorado despreocuparse por las gomas y la gasolina...

Monsieur le Président afirma que no ve mal probar el invento por si funciona, pero a mí se me ocurren tantas cosas que probar antes, que me produce una pereza tremenda describirlas: menor peso y tamaño de los monoplazas, al menos otro suministrador de ruedas, más gomas disponibles por prueba, más unidades de potencia por campaña, menos restricciones de consumo por hora, etcétera, etcétera, etcétera.

Buen jueves. Os leo.