Que Dios reparta suerte

La clasificación para el Gran Premio de Francia tampoco ha sido la bomba pero deja una buena propuesta para mañana: los Red Bull haciendo de pan de bocadillo, los Mercedes AMG de jamón, y los seis restantes puestos bien agitados, como los martini secos del bueno de Bond, James Bond, incluso con Daniel Ricciardo volviendo a la Q3 después de las pellas en Mónaco y Azerbaiyán.

Leo que Lando ha tenido que abortar su último intento en Q2 porque McLaren no le había puesto suficiente gasolina, pero extraño incidente aparte, la sesión ha estado bien salpimentada, incluso con banderas rojas en Q1: Tsunoda y Schumacher. 

No, ciertamente no ha habido mucho de qué quejarse, aunque sorprende, de nuevo, que las palabras de Sebastian Vettel aludiendo a que mañana puede elegir gomas saliendo duodécimo, hayan sido jaleadas como notablemente esperanzadoras por casi los mismos que hacían chistes cuando las pronunciaba Fernando Alonso si el asturiano no había pillado billete para Q3. 

La fiesta sigue yendo por barrios y está bien que sea así. Pierre Gasly (Pocholo para Jorge), ha vuelto a ponerse arriba, concretamente entre los dos Ferrari, con lo que Alpha Tauri sigue haciendo astillas mis pronósticos de pretemporada. Hay mucha inteligencia en los progresos de Honda aprovechando los cuatro autos de la bebida energética. No contaba con ello y aquí sólo cabe quitarse el sombrero: Chapeau!, eso y rezar para que Russell tenga una buena tarde un día de estos.

En fin, Carlos ha superado a Charles, quien no se ha encontrado cómodo en su SF21 en lo que llevamos de fin de semana, y el Nano se ha colocado nono para la parrilla de mañana, con Esteban abriendo la fila de los suertudos que pueden elegir compuestos para el primer stint.

La cosa promete, ya lo digo. Os leo.