Puesto que IndyCar nos da descanso hasta el próximo 4 de julio pero en Fórmula 1 vamos a ir petaos hasta esa fecha, lo mejor esta tarde es despachar el Grand Prix of Road America porque también han concluido las labores de acondicionamiento de la piscina del inmueble, pero ¡llueve en Gorliz!, y seguirá haciéndolo unos días más, lo que nos pone en que gozaré de unas bonitas jornadas de tranquilidad que pienso aprovechar como un maharajá ante el teclado, sin tener que soportar a ciertos progenitores con sus criaturas, ya que la poza para niños está a unos 6 metros de distancia del estudio, en línea recta, of course!
Que los chiquillos se vengan arriba con el sol y el agua no es estrictamente el problema, sus ciertas y ciertos sí. En fin, minúsculas alegrías mundanas aparte —¿de qué viviríamos si no?—, anteayer disfrutamos de una interesante carrera en Elkhart Lake (Wiskonsin), donde está situado el circuito Road America, que al igual que en la segunda de Belle Isle [O'Ward en Detroit], tuvo a Josef Newgarden como protagonista hasta que, de nuevo, vio sus aspiraciones rotas en los compases finales de la prueba.
Y el caso es que como el otro día hablábamos de la buena fortuna [La suerte de Pierrot] y en Road America pareció que hubo mucho de eso, cabe alabar el gigantesco trabajo realizado por el piloto español y su team, Chip Ganassi, para aprovechar el milímetro cúbico de suerte que les sonrió en la vuelta 53, que, por cierto, también entendieron en los USA al estilo europeo.
La carrera comenzó muy peleada pero Newgarden estableció pronto el criterio de gobierno de la cita: él delante tras haber salido desde la pole. Después del primer paso por boxes, Jimmie Johnson ocasionaba la amarilla inaugural al perder el control de su coche y dejarlo en una zona expuesta.
El caution fue breve y en la relanzada el de Tennessee seguía al frente con Àlex detrás, pero en la 23 trompeaba Marcus Ericsson provocando la segunda amarilla y que la calle de pits pareciese la Gran Vía en sábado. Kevin Magnussen —sí, sí, nuestro Kevin, que sustituía a Felix Rosenqvist en Arrow McLaren SP—, no había parado y lideró la resalida seguido por Takuma Sato, que tampoco lo había hecho, aunque la aventura iba a durar poco. Para la vuelta 32 el danés ya había sido superado por el japonés al entrar a cambiar gomas y repostar, pero, a nada de haber vuelto a rodar sobre el asfalto, abandonaba en su debut en IndyCar a causa de que su coche lo dejaba tirado, incidente que propiciaba la tercera amarilla del día.
La parrilla buscó reorganizarse durante el tercer stint intentado retardar lo máximo posible el último cambio de ruedas, pero una vez ocurrido éste y cuando la prueba discurría hacia su conclusión, Ed Jones rompía la suspensión de su monoplaza y a cuatro giros del final se decretaba el último periodo de caution. Àlex Palou ya estaba en posición. A pesar de los numerosos incidentes se había mantenido en todo momento en plazas con opciones, y en el reinicio (vuelta 53) se lanzó a por Newgarden para robarle la cartera como un vendabal. Así las cosas, mientras el de Penske perdía terreno por lo que hemos contado al inicio del texto, el jovencísimo conductor catalán circulaba como líder y sin nadie cerca que lo inquietara.
Àlex Palou veía primero la bandera a cuadros en Road Atlanta y se aupaba de nuevo como líder del campeonato, toda vez que Pato O'Ward terminaba en la plaza nona y Scott Dixon en la cuarta. El segundo puesto lo firmaba un Colton Herta que hizo una prueba muy inteligente que quizá no concluyó como esperaba, y cerrando el podio, aparecía casi de la nada un Will Power muy desigual que así y todo rebañó un buen puñado de puntos.
Os leo.
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