Por fortuna para todos no somos necesarios en la vida de Checo, más allá, claro, de que sus afines formemos parte de esa grada virtual a la que alude el de Guadalajara cuando afirma que nos lleva en su corazón y siente cómo empujamos...
Sergio miente como mentiría cualquiera de nosotros sabiendo que su bosque es solitario y frío dentro del habitáculo. No alberga ninguna mala intención en su mentira benevolente. La vida es como es y cuando apuras la copa para jugártela al volante apenas queda sitio para Caro y los chiquillos, y acaso Marko y algún vago recuerdo de lo que significa el Magdalena Mixhuca, y lo que fueron Pedro y Ricardo, y el valor que adquiere México ahí dentro, en lo hondo del pecho de un mexicano.
En fin, considero que sigue siendo pronto para valorar qué tal le va a Pérez porque apenas hemos visto cómo el hombre se acopla a su herramienta de trabajo, y como soy de los que creen en el camino de baldosas amarillas —no puedo evitarlo—, sé que la calidad acabará imponiéndose y Sergio volverá ser el mismo Sergio de siempre, ahora en Red Bull, y que el Pérez que conocemos terminará sacando la cabeza del desierto en que sólo lee huesos, y Checo, nuestro Checo, rematará la faena mirando a la cara al Mago de Oz para decirle que al menos lo ha intentado.
Todo esto esencialmente no significa nada, no perdamos la perspectiva. El caso es que Sergio lo sabe y eso es bastante en estos instantes, aunque también deberían saberlo los que le critican y pasan por la quilla por cualquier tropiezo. Ahora bien, como el mundo no es perfecto, para compensar estamos los que seguimos pie firme creyendo que los poetas pueden escribir versos sublimes a pesar de que la primera estrofa rebose borrones.
Queda mucha campaña por delante y hasta el rabo todo es toro, y sí, de momento prefiero dar aire a las aspiraciones antes que asfixiarlas con peros, aunques y peritos cacofónicos o redundantes. Hay tiempo para que arreglemos cuentas, obviamente, pero dar por muerto a Sergio Pérez, ahora mismo, suena bastante precipitado.
Por fortuna para todos no somos necesarios o imprescindibles en la vida de Checo. Podríamos serlo, también es verdad, pero entonces él estaría perdido...
Os leo.
Lindas palabras detrás de conceptos sólidos.
ResponderEliminarUna lección de vida...
ResponderEliminarA Pérez lo está mirando un tuerto.
ResponderEliminarNa , llevamos 3 carreras y son 23. Y, recordad que hay escuderías que parece que prefieren sacrificar puntos a que se cuestione el orden establecido.
ResponderEliminarSiempre aparece una estrategia ramplona que lleva al segundo a perder tiempo.
La lógica de la F1 deja mucho que desear.