No hay que preguntarse por quién bailarán a partir de ahora los derviches porque el mago dejó dicho que despertaría en primavera, y primavera es hoy, un extraño 18 de mayo en que lo último que nos faltaba era sabernos un poco más huérfanos de lo que estábamos ayer.
Franco Battiato ha tenido la delicadeza de dejarnos su música para que encontremos solos el cielo únicamente si somos capaces de olvidar el dedo que lo señala. Tejió maravillosas canciones enhebrando sílabas a las notas de cada melodía. Nunca el mundo fue mejor que cuando vivía y podíamos recurrir a él para acompañar la escritura de un texto, o su lectura, o para mecernos en las volutas del humo de pipa fumada con los pies descalzos, mientras jugábamos a divisar a través del cristal del vaso y el ámbar oscuro del Jack Daniels, si las luces del ocaso esconden también una primavera para nosotros.
Os leo.
¡Qué bien escrito, Maestro! Grande homenaje a un cantautor que a mí siempre me pareció difícil. Difíciles de entender sus poemas. Encontré a Batiatto hace bastantes años, cuando aún peinaba pelo. Su músicalidad para mi siempre fue hipnótica, no entendía un pijo de lo que quería decir, pero su música ejercía una especie de magia en mí. Siempre que necesité relajarme ó dejar una preocupación de lado, Batiatto siempre estaba ahí. Tardé muchísimo en entender lo que quería transmitir, y ahora además de escuchar su música, su letra con reverencial devoción, casi que en mi mente se dibujan las escenas de sus poemas.
ResponderEliminar¡Ciao Franco, ci vediamo sul ponte dove sventola bandiera bianca!
Grandeza para el q tiene un homenaje con un Grande
ResponderEliminarViva Franco Batiatto sus canciones son eternas ,
ResponderEliminar