A tontas y a bobas ya hemos confeccionado el primer notebook de 2021 [#2021] que, como suele ser costumbre, arroja sensaciones muy diferentes al discurso oficial surgido de las presentaciones y pruebas de pretemporada, aunque, posteriormente, solemos ir ganando terreno con un alto porcentaje de acierto.
El año pasado fue bastante especial en este sentido. Salvo por el desinfle de Ferrari que nadie vio llegar, hicimos casi pleno, lo que, como me excusé en su día [Adenda #GoodBye20], tuvo más que ver con la enorme previsibilidad que empapa nuestro deporte que con mi ojo de halcón. Dicho esto, creo que 2021 se presenta en clave presupuestaria y me ha sorprendido la poca relevancia que ha tenido este aspecto a la hora de hacer quinielas.
Los equipos disponen esta temporada de 145 millones de dólares de límite de gasto —en 2022 será de 140 y a partir de 2023 el techo estará en 135—, y lo cierto es que ya hemos tenido víctimas colaterales (un decir). Haas ha tirado la toalla sin haber echado a andar, un ejemplo, y Red Bull y Alpha Tauri han separado caminos, otro ejemplo. Milton Keynes tiene que cumplir como la que más y no podía permitirse el lujo de explorar alternativas en su filial como ha venido haciendo hasta anteayer, y, en consecuencia, Faenza se enfrenta, seguramente por primera vez en su historia, a la necesidad de valorar en qué cesta pone sus huevos y en qué momento ceja en el empeño de evolucionar el AT02 y pasa a concentrar todos sus recursos y esfuerzos en el monoplaza de 2022...
Este escenario se notará poco en el primer tercio de la campaña pero empezará a pasar factura alrededor de comienzos de verano, cuando comiencen los inevitables descartes —Alfa Romeo es una de mis principales candidatas a parar máquinas pronto, pero como digo siempre, es una mera sensación sin base científica.
Arriba tenemos proyectos sólidos que pueden aguantar perfectamente hasta agosto sin cambiar el paso: McLaren y Renault, y los tres grandes que tirarán hasta final de temporada porque tienen capacidad y porque sus tesorerías están saneadas y los autos de 2022 deberían estar diseñados desde hace tiempo.
Y nos quedan Williams y Aston Martin.
Pienso que Grove no habría hecho el esfuerzo que se nota en el FW43B si pensara en un recorrido corto para su monoplaza. Precisa llenar su carrocería de patrocinadores y eso sólo lo va a conseguir con resultados y minutos en la retransmisión. Y bueno, sobre Silverstone creo lo que dije el otro día: que ha errado el tiro y que tal y como están las cosas ahora mismo, tiene complicado solucionarlo [¿Errando el tiro? (Aston Martin)].
En todo caso la guerra no ha empezado, comienza en quince días, el fin de semana del 26 al 28 en Bahrein.
Os leo.
Maestro, en que crees básicamente que ha errado Aston Lawrence? Te leo
ResponderEliminarBuenas, Rafael ;)
ResponderEliminarA mi modo de ver (siempre a mi modod de ver) es un monoplaza rápido que necesita mucho aire limpio alrededor para funcionar correctamente, pero, como escribí en la entrada enlazada en el texto, va a tener que vérselas en condiciones de aire sucio, con mucha turbulencia...
Para hacer un símil fácil: el AMR21 es el coche de Bottas cuando el finlandés se queda atrás. Va a resultar impredecible, nervioso y difícil de llevar... Yo diría que Vettel tardará poco en brindarnos algún trompo que otro ;)
Abrazote grande y gracias por acercarte.
Jose
Verás como el coche chute y veamos a Vettel marchar hacia la victoria y más allá.
ResponderEliminarKing Crimson