A Carlos Sáinz le han otorgado el Princesa de Asturias de los Deportes 2020 y poco se puede decir, la verdad, acaso: ¡ya estábamos tardando!, aunque comprendo que puede quedar muy reiterativo pues, efectivamente, hemos tardado mucho en dar a Matador el reconocimiento público que merece, seguramente demasiado.
Pero como tampoco pretendo marear la perdiz ni liarme la manta a la cabeza recordando todos y cada uno de los logros que hacían a Carlos acreedor a tamaño galardón, permitidme que esta entrada resulte escueta porque lo importante aquí es que el madrileño sigue en forma y con un poco de suerte, el ganador de la próxima edición del Dakar será, precisamente, un Premio Princesa de Asturias, él, el mismo individuo generoso que nos ha hecho partícipes de sus alegrías y tristezas desde que un lejano día decidió que lo suyo era subirse a un coche y conducirlo lo más rápido posible.
¡Felicidades, sr. Sáinz! Os leo.
Una gran alegría, un premio muy merecido.
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