El descaro con el que ha tratado la prensa británica la supuesta situación agónica que atraviesa Williams, a cuenta de la pandemia, ha puesto de relieve lo relativos que han quedado los 340 millones de euros que han desviado los accionistas de McLaren para sostener la empresa en estos momentos difíciles.
Por un lado tenemos una actitud pesebrista que ha encontrado amplio eco en los medios, precisamente, me temo, porque ayudaba a instalar en los aficionados la sensación de que detrás de los equipos hay un alma que sufre los rigores de la crisis —de ésta y de cualquiera, ya que lo de Grove viene de lejos—, ¡y así no puede ser, hombre de Dios!
Total, se ha bajado la guardia con la británica, apenas se ha referido la pésima gestión de estos años, tradicionalmente atribuida a Claire, y a partir de su exposición sobre los problemas que aquejan la Fórmula 1 y el momento que vive la actividad [Claire Williams on why 2020 races are «critical», and F1 cost-cap regret] / [Williams: Unsustainable F1 has been exposed], quien más, quien menos, ha compuesto su discurso catastrofista dando carta de naturaleza a las palabras de una jefe de equipo que habitualmente es cuestionada incluso cuando tose o levanta una ceja.
En términos periodísticos, esta vez a Williams se le ha dispensado plana completa a derechas, portada y algún editorial, mientras que la inyección de dinero en McLaren ha sido relegada a reseña breve en 1/5 de columna en página izquierda interior, solapándola, además, con la petición de explicaciones de Woking a Maranello por boca de Zak Brown...
Qué queréis que os diga, para mí resulta más relevante que una empresa apoye el desvío de una partida de dinero destinada a otros menesteres con tal de ayudar a salvar una coyuntura complicada, que el lloriqueo permanente de una iniciativa que no da pie con bola desde 2017 y que, en estos instantes, incapaz de responder porque tiene el agua al cuello, solicita milagros por activa y por pasiva.
Normalmente defiendo a Claire porque con ella hay demasiadas cosas que no son de recibo, no lo hago tanto con Grove ya que no hay por dónde cogerla, pero esto que estoy escribiendo no es incoherente ni contradictorio con mi actitud habitual porque, de nuevo, ha sido la prensa especialista quien nos ha tomado de la mano para llevarnos a su carrejo.
Y sí, me pregunto qué línea editorial se habría seguido para el tratamiento de estas noticias si, en vez de Williams, fuese Ferrari quien hubiese hablado con tintes apocalípticos del futuro cercano, dando por descontado que más de un periodista habría tomado ejemplo en McLaren para explicarle a la italiana que los Consejos de Administración y los accionistas no sólo están para el reparto de beneficios.
Os leo.
Total, se ha bajado la guardia con la británica, apenas se ha referido la pésima gestión de estos años, tradicionalmente atribuida a Claire, y a partir de su exposición sobre los problemas que aquejan la Fórmula 1 y el momento que vive la actividad [Claire Williams on why 2020 races are «critical», and F1 cost-cap regret] / [Williams: Unsustainable F1 has been exposed], quien más, quien menos, ha compuesto su discurso catastrofista dando carta de naturaleza a las palabras de una jefe de equipo que habitualmente es cuestionada incluso cuando tose o levanta una ceja.
En términos periodísticos, esta vez a Williams se le ha dispensado plana completa a derechas, portada y algún editorial, mientras que la inyección de dinero en McLaren ha sido relegada a reseña breve en 1/5 de columna en página izquierda interior, solapándola, además, con la petición de explicaciones de Woking a Maranello por boca de Zak Brown...
Qué queréis que os diga, para mí resulta más relevante que una empresa apoye el desvío de una partida de dinero destinada a otros menesteres con tal de ayudar a salvar una coyuntura complicada, que el lloriqueo permanente de una iniciativa que no da pie con bola desde 2017 y que, en estos instantes, incapaz de responder porque tiene el agua al cuello, solicita milagros por activa y por pasiva.
Normalmente defiendo a Claire porque con ella hay demasiadas cosas que no son de recibo, no lo hago tanto con Grove ya que no hay por dónde cogerla, pero esto que estoy escribiendo no es incoherente ni contradictorio con mi actitud habitual porque, de nuevo, ha sido la prensa especialista quien nos ha tomado de la mano para llevarnos a su carrejo.
Y sí, me pregunto qué línea editorial se habría seguido para el tratamiento de estas noticias si, en vez de Williams, fuese Ferrari quien hubiese hablado con tintes apocalípticos del futuro cercano, dando por descontado que más de un periodista habría tomado ejemplo en McLaren para explicarle a la italiana que los Consejos de Administración y los accionistas no sólo están para el reparto de beneficios.
Os leo.
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