lunes, 30 de marzo de 2020

Un viento en la colina


Hubo un tiempo en que no hacía falta cambiar de diseño de casco en cada carrera porque lo importante iba dentro y se reconocía desde fuera. Un vistazo y zas: ¡es él...!

El piloto conducía y allí dejaba su seña de identidad, su firma sobre el asfalto por siempre jamás, como nos recordó Honda en 2014 recreando una vuelta perfecta a Suzuka en base a sonido y luces, tan sólo eso porque en realidad la magia del instante siempre la hemos puesto nosotros cuando la realidad nos golpea y nos dice que está sucediendo algo imposible.

Abrid los ojos y poned el volumen a tope. Es finales de octubre de 1989 en Japón. Suena el RA109E V10 3.5, y al volante se distingue a Ayrton porque era y sigue siendo inconfundible.


Os leo.

3 comentarios:

  1. Una pena, y bastante significativo además, que en 2014 se empeñase en revivir el pasado majestuoso de Senna en vez de concentrar sus esfuerzos en el presente que tenían en aquel momento... Parece que con el tiempo aprendieron aquello de que "agua pasada no mueve molino", aunque ahora parece que se empeñen en recordar lo del "GP2 engine"...

    Salu2!

    ResponderEliminar
  2. lastima que sea una vuelta perfecta, ya que mientras mas perfecta dura muy poco en completarse... porque no hicieron 60 vueltas completas. aquellas que de quedarse hasta el 14 en la largada terminan ganando la carrera..

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Honda; gracias, Jose. Precioso.

    ResponderEliminar