sábado, 28 de marzo de 2020

Pon un Cadillac en tu vida


General Motors, propietaria de las marcas Cadillac y Chevrolet, decidió en 2002 poner todos los huevos de su faceta deportiva en el programa Corvette, sacrificando para ello una de las aventuras más entrañables del motorsport: la de Cadillac en la AMLS (American Le Mans Series).

El modelo que traigo hoy hasta estas páginas es el correspondiente al equipo DAMS que participó en las 24 Horas de Le Mans de 2000 —ACO (Automobile Club de L'Ouest) y ALMS compartían reglamento—, una de las cuatro unidades que corrieron la prueba, dos de ellas bajo pabellón oficial de la norteamericana (imagen de encabezamiento) y las otras dos al amparo del equipo francés, y decía más arriba que fue entrañable porque supuso un esfuerzo fallido pero mancomunado, en el que participaron inicialmente, además de la de Detroit, el fabricante de chasis Riley & Scott, el motorista Northstar y McLaren.

A finales de la década de los noventa del siglo pasado, Cadillac pretendía mejorar su catálogo incorporando vehículos deportivos de alta gama —el XLR vería la luz en 2003/04—, y recurre al ámbito de las carreras para posicionar publicitariamente esta nueva faceta en el mercado. Para ello solicitó a Riley & Scott un chasis capaz de alojar y optimizar las prestaciones del motor Northstar que ya se venía usando en IndyCar —con 4.0 litros de capacidad y doble compresor, el propulsor redujo su potencia nominal (650) hasta los 595 caballos en aras de mejorar su fiabilidad, para lo cual, intervino también McLaren Engines, que ya disponía de experiencia en Resistencia tras haber participado en la prueba gala, habiéndola ganado en 1997.

El resultado de todo aquello fue el Cadillac LMP 900 (la LMP 900 era la categoría máxima entonces, obviamente 900 aludía al peso máximo), un vehículo elegante de líneas delicadas que recuerda vagamente a los Riley & Scottt Mk.III, que aunque como decíamos antes: no fue exitoso, sí cumplió a la perfección con el papel de devolver a Cadillac al candelero.


En otro orden de cosas, Le Mans 43 es un fabricante italiano que produce piezas a escala a bastante buen precio porque, como en el anuncio que protagoniza Antonio Resines, se centra en lo esencial. No hay soporte rígido ni vitrina —me he visto obligado a retocar al Photoshop la peana por no afear la imagen—, el contenedor es espartano, de cartón con impresión a dos colores, etcétera, pero el modelo es una virguería. Buenas proporciones, cantidad de detalles y una tampografía finísima... suficiente.

Y bien, para terminar, el cochecito refleja fabulosamente el vehículo que condujeron Éric Bernard, Emmanuel Collard y Franck Montagny en la edición de 2000 de las 24 Horas de Le Mans. Concluyó en el puesto 19, por delante de los Cadillac oficiales (Team Cadillac) y, desde luego, de su gemelo, el dorsal número 4, que cayó en combate tras cuatro vueltas a La Sarthe.

En casita como en ningún sitio. Os leo.

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