Montmeló, semana 1

Ha concluido la primera semana de entrenamientos de pretemporada y aunque resulta precipitado sacar conclusiones, sí podemos visualizar que en la cabeza de la parrilla las cosas siguen como las dejamos al finalizar la sesión 2019.

Mercedes AMG continúa asustando a sus rivales, por consistencia, por velocidad y, como es de sobra conocido, por sacarse de la chistera un invento como el DAS. El caso de Ferrari es diferente, en principio el SF1000 ha acumulado algunos problemas que han sembrado dudas sobre sus posibilidades durante la campaña, aunque yo no descartaría que estuviese ocultando cartas por evitar lo que sucedió el año pasado en el mismo escenario, cuando después de una brillante primera semana por parte de la de Maranello, Brackley no se sacó de la manga ningún chisme novedoso sino que respondió a la amenaza con un monoplaza bastante diferente al usado inicialmente.

Red Bull ha tenido destellos aunque, fundamentalmente, ha invertido las tres jornadas en poner en perfecto orden de batalla el RB16 mientras Honda hacía lo propio con su unidad de potencia, pero en principio, tanto la alemana como la italiana y la austriaca siguen marcando las diferencias con el resto, que no son pocas, por cierto.

A partir de ahí sí se ha notado mucho movimiento en la montonera, aunque también es verdad que no sabemos a ciencia cierta qué cartas ha manejado cada equipo —algo habitual en entrenamientos—. Sin duda nos ayudaría a disipar las dudas conocer las cargas de combustible, qué caudal se ha utilizado, o el tiempo de uso del MGU-K o incluso del DRS, etcétera, etéctera, etcétera; en todo caso, sí han sido palpables los saltos que han protagonizado Racing Point (por razones obvias), McLaren y Alpha Tauri. 

Williams también ha mejorado con respecto a 2019 aunque de manera menos ostensible, quizás porque el FW43 ha precisado de mayor tiempo de instalación, algo que también ha afectado a Renault. Alfa Romeo se ha mostrado resuelta y como aventurábamos cuando hablábamos de él [Alfa Romeo y los detalles], el C39 parece que se maneja mejor con las gomas que el C38 hace doce meses. Y Haas... bueno, en 2019 sus coches no lo hicieron mal y apuntaban alto, y este año el VF-20 va bien aunque tampoco como para tirar cohetes.

En principio, y procurando no olvidar que resulta muy precipitado aventurarse a nada, se puede sacar como conclusión que la jerarquía en la parrilla se mantiene, al menos en lo que se refiere a las escuderías con opciones, aunque el entretenimiento lo seguiremos encontrando donde siempre: en la lucha de los equipos de media tabla, aunque por lo que se ve, en 2020 vamos a tener otros intérpretes buscando entrar regularmente en Q3 y cruzando los dedos por la posibilidad de podio. En todo caso, definiremos mejor el campo de juego a partir del próximo miércoles en Montmeló, cuando toque encontrar la velocidad a una vuelta y la consistencia en tandas largas.

Os leo.