jueves, 23 de enero de 2020

Los pecios del Dakar


Malas noticias para empezar el jueves, el piloto Edwin Straver permanece en estado crítico desde el pasado día 15 y ya hay quien ha empezado a usar en público el terrible concepto muerte cerebral.

El desierto, como el océano, siempre busca quedarse con recuerdos de todo aquello que osa rozar su superficie sin permiso. A veces, con el Dakar, se conforma con una rueda, un palier, un tornillo minúsculo, un trozo de carrocería o los restos calcinados de un vehículo, pero en ocasiones juega a mayores y buscar saciar su sed coleccionista atrapando entre sus dedos seres de carne y hueso, y almas.

Produce mucha tristeza escribir estas líneas. Como en el caso de Gonçalves [El reloj de arena], en el de Straver me encuentro un poco solo frente al infinito, intentando descifrar qué lleva a algunos hombres a querer vivir tanto si, a mí, el miedo y la reserva me llevan a procurar medir bien mis pasos incluso en aventuras que no admiten ningún tipo de comparación con las de ellos. Están hechos de otra pasta, soy consciente, pero ante situaciones como ésta eso ni consuela ni basta...

Os leo.

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