sábado, 25 de enero de 2020

La orquesta del Titanic


Iba a hacer una reflexión sobre la escena de la tabla en Titanic pero Brad Pitt me fastidió hace unas semanas el chiste, así que abramos la jornada recordando aquella entrada que escribí a principios de octubre del año pasado [Los coches de 2020], porque se está extendiendo una extraña sensación de euforia al respecto de esta temporada, y a lo peor nos rompemos algún hueso al aterrizar.

Primero de todo, y lo más grave, es la situación económica que afecta a una generosa cantidad de equipos que componen la parrilla. No están para gastos extraordinarios, y como decía entonces y reitero ahora, menos entrenamientos de pretemporada, amén de ruedas de 2019, sólo significa continuidad en la mayoría de diseños. 

McLaren apunta a disputar la tercera posición a Red Bull y la austriaca a quitar el suyo a Ferrari, pero todo se circunscribe a que afinarán el material que ya hemos visto, es decir: no asumirán demasiados riesgos, y mucho menos con el horizonte 2021 llamando a la puerta. Y lo mismo nos vale para entrever lo que hará Maranello. La italiana tratará de superar a Mercedes AMG, y ya, la cosa durará lo que dure y Dios quiera que lo consiga...

No se trata de parecer pesimista o agorero, pero estamos ante el último año de una normativa y con un cambio reglamentario brutal por delante, y como siempre ocurre bajo estas circunstancias, sucederá de nuevo que abundarán las sensaciones de dejá vu. Va a haber alicientes, sin duda, y lo pasaremos como de costumbre, pero mientras los músicos amenizan el The End convendría que no olvidásemos que el mundo que hemos conocido se acaba y, en correspondencia, va a haber mucho ¡sálvese quien pueda! durante la campaña. Fin de ciclo, seguro que nos suena.

Os leo.

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