Cuando observo adultos hechos y derechos preguntándose en público qué hace Valtteri Bottas en Mercedes AMG, pienso en qué tipo de educación les dieron sus padres que no saben reconocer que a la sombra de un hombre grande siempre hay otro más grande que está ahí pues porque alguien tiene que hacer el trabajo sucio y lavar la colada, preparar el almuerzo y la cena, cuidar de los quehaceres diarios y echar horas entre bambalinas. ¡Que la casa no sale sola!, ¡coñe ya!
¿Recordáis una miserable frase de Hamilton sobre lo tedioso que resulta estar en el simulador? No, ¿verdad? Pues en eso consiste esta relación coyuntural que ha hecho a Brackley la más grande de todos los tiempos: cada uno está en su sitio y por siempre jamás.
Valtteri es a Lewis lo que Jack Lemmon a Walter Matthau en La extraña pareja (The Odd Couple): inexcusable para la trama pero infinitamente menos vistoso porque Oscar tiene todos los ingredientes para ser el prota sin demasiadas explicaciones. Felix sí las necesita, es más profundo y menos lineal, también más opaco para el público porque está rodeado de rarezas y manías, pero sin él la historia no funciona, que es lo importante.
El título en inglés da más pistas que la traducción que hicieron al castellano porque no hay nada extraño en que dos personas tan dispares estén tan sincronizadas, y la muestra la tenemos aquí mismo, en Mercedes AMG.
Con Rosberg en el equipo la cosa no iba tan bien porque la pareja impar no era tan impar como se había dibujado en los previos y hubo que parar los pies a Nico hasta que, por pura fatalidad, el alemán, liberado de sus obligaciones, dio un susto de órdago a su compañero en 2016.
Con Bottas ni ha pasado ni pasará, me temo. Al de Nastola le dices que no atosigue al de Tewin y no lo atosiga, le pides que ceda una victoria y va el tío y la cede, le das un coche que va un poco peor que de costumbre y se ahoga porque Lewis es Oscar y no precisa de explicaciones. Pero ojito, si por un azar que nadie desea el británico causara baja el año que viene en tres o cuatro carreras, el chaval de Emilia sacaría adelante a su equipo y con un poquito de suerte, sólo una pizca, hasta igual nos alegraba la campaña sacudiéndose de encima la imagen de sinsangre que le persigue.
Subcampeón del Mundo. 314 puntos a falta de una carrera. Cuatro victorias de momento, siete segundos puestos y cuatro terceros... No, yo no diría que es manco.
Os leo.
Con Rosberg en el equipo la cosa no iba tan bien porque la pareja impar no era tan impar como se había dibujado en los previos y hubo que parar los pies a Nico hasta que, por pura fatalidad, el alemán, liberado de sus obligaciones, dio un susto de órdago a su compañero en 2016.
Con Bottas ni ha pasado ni pasará, me temo. Al de Nastola le dices que no atosigue al de Tewin y no lo atosiga, le pides que ceda una victoria y va el tío y la cede, le das un coche que va un poco peor que de costumbre y se ahoga porque Lewis es Oscar y no precisa de explicaciones. Pero ojito, si por un azar que nadie desea el británico causara baja el año que viene en tres o cuatro carreras, el chaval de Emilia sacaría adelante a su equipo y con un poquito de suerte, sólo una pizca, hasta igual nos alegraba la campaña sacudiéndose de encima la imagen de sinsangre que le persigue.
Subcampeón del Mundo. 314 puntos a falta de una carrera. Cuatro victorias de momento, siete segundos puestos y cuatro terceros... No, yo no diría que es manco.
Os leo.
Hola, José.
ResponderEliminarBueno, yo no doy para hacer un Valtteri Bottas en ningún aspecto de mi vida.