Menos mal que el fichaje de Pat Fry ha venido a suponer la apertura del paracaídas de seguridad en el último instante [Renault confirms ex-McLaren designer Pat Fry to join team], porque de un tiempo a esta parte daba la sensación de que Enstone estaba más fuera que dentro de la Fórmula 1 y la toma de contacto con el suelo se preveía duro de narices.
Independientemente de lo que uno piense sobre la gestión deportiva de Cyril Abiteboul o de los incomprensibles retrasos de Viry-Châtillon a la hora de poner su unidad de potencia en correcto orden de batalla, lo cierto es que no podemos desestimar que la del rombo, como fabricante, controla perfectamente la parte alta de la montonera por delante de cinco equipos cliente, a saber: Williams y Motor Point, propulsadas ambas por Mercedes-Benz; Haas y Alfa Romeo, con Ferrari como motorista; y Toro Rosso, con Honda...
Este control del centro de la parrilla puede ser el detonante del especial cariño mostrado por la prensa especialista con las cosas de la gala durante 2019, bien cuestionando a McLaren hasta que parecía demasiado bobo continuar haciéndolo, bien friendo a sartenazos a la de Enstone, en todo caso, con vuestro permiso dejaremos este particular para mejor momento ya que en lo tocante al equipo oficial de Renault, la dirección deportiva ha dejado mucho que desear y la situación interna de la empresa no ha hecho otra cosa que agudizar los problemas en el campeonato.
La francesa es quinta en la tabla general de constructores porque las escuderías que tiene detrás han resultado mucho peores, y es que el RS19 ha resultado un monoplaza demasiado justito que no ha servido para aprovechar la enorme calidad de los dos pilotos oficiales: Daniel Ricciardo y Nico Hulkenberg, y a partir de aquí podemos hablar largo y tendido sobre lo que nos apetezca, aunque intuyo que todos los caminos que abordemos nos llevarán a Cyril Abiteboul, auténtico artífice de este despropósito.
Os leo.
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