Balas de plata

La verdad es que estoy muy mayor y puede deberse a eso que no entiendo que habiendo una Mercedes AMG que barre con todo año tras año, el grueso de las protestas, las miradas por el rabillo del ojo y las acusaciones de tramposos, afecten a equipos que siguen a Brackley en la tabla, año tras año, of course!

Hombre, habrá que creerlo si todo un Peter Windsor se ha tomado la molestia de explicarnos cómo una laguna del reglamento puede haber sido explorada con éxito por Ferrari. FIA no ha dicho en ningún momento que sea ilegal lo que puede estar haciendo la italiana, pero Jorge Javier y su tropa ya han dictado sentencia y aquí no caben más preguntas, señoría. Además, en Austin se ha notado...

Desconozco si con lo del Brexit a las puertas cualquier cosa vale para defender a capa y espada el cantón alemán en Brixworth, pero no me digáis que todo este lío no destila un olorcillo cuando menos inquietante, que diría Íker Jiménez.

A Renault acaban de pillarla con una solución legal, técnicamente hablando y según palabras de la Federación, pero ilegal deportivamente hablando porque ayuda a la conducción de los vehículos de Enstone [Renault y la FIA]. El resultado ha conllevado la anulación de los resultados de la francesa en el Gran Premio de Japón, lo que a todas luces ha supuesto un sonoro aviso a navegantes. La egregia institución dirigida hábilmente por Jean Todt también se ha posicionado con el temita de Maranello: nada por aqui, nada por allá; pero el vulgo ya ha preparado la guillotina porque es sabio y porque sus pastores cobran sobresueldos o disponen de barra libre para los gin tonic.

No hay que ser muy listo para entrever que no es ni medio normal que el dominio de Mercedes AMG no alarme a nadie y que las campanas sólo avisen de incendio cuando quien se mueve es italiano o francés. Honda ya recibió lo suyo en 2015 y es indudable que si asoma las orejas en 2020 volverá a ser noticia. La japonesa ha cometido pecado [Honda anuncia el cierre de su planta en Reino Unido a pocas semanas del Brexit], y los británicos no olvidan. Háganse cuenta, son los primeros en defender lo suyo.

Os leo.