sábado, 30 de noviembre de 2019

Algo más que un podio [21-11-2019]


La actualidad cabalga a un ritmo endemoniado y las historias se quedan viejas en un santiamén, así que, aunque el texto que comparto hoy con vosotros fue publicado en MomentoGP como quien dice casi anteayer, me apetece traerlo a Nürbu para que lo tengamos fresquito mientras se desarrolla el Gran Premio de Abu Dhabi. No creo que se repita una hazaña similar, pero quién sabe...


El tercer puesto conseguido por Carlos Sainz el domingo pasado sobre el asfalto del Autódromo José Carlos Pace (Interlagos) tiene un significado especial que va más allá del hecho en sí. 

Supone la guinda perfecta a una excelente campaña del madrileño a falta del Gran Premio de Abu Dhabi, lógicamente. También significa la rúbrica al enorme trabajo que ha desarrollado McLaren durante 2019 y, desde luego, la sutura de la brecha abierta en la británica a partir de que anunció a finales de 2013 que para 2015 su motorista iba a ser Honda; pero como insinuaba en el párrafo de inicio, adquiere un sentido más profundo porque la inyección de moral para Woking llega en el momento justo.

Queda muy lejano el Gran Premio de Australia de 2014, cuando la descalificación de Daniel Ricciardo colocó a Kevin Magnussen en la segunda posición y metió a Jenson Button en la tercera. Han sido años duros en los que McLaren ha sufrido convulsiones de todo tipo.

Ese mismo 2014 fue el momento del retorno de Ron Dennis al mando de la escudería tras el golpe de mano dado a su socio Mansour Ojjeh, que se llevó la cabeza de Martin Whitmarsh por delante y vició las relaciones con el motorista de entonces, Mercedes-Benz. El resto de la etapa híbrida resultó todavía peor. 2015, 2016 y 2017 han sido sesiones para olvidar en lo competitivo. 

Ojjeh devolvía el golpe a Dennis y lo borraba del mapa en las postrimerías de 2017 sustituyéndolo por Zak Brown, lo que agravó la delicada relación con la suministradora de unidades de potencia. En este sentido, la apuesta por Renault para sustituir a Honda en 2018 parecía más un agarrarse a un clavo ardiendo que una solución que ayudase a subsanar las deficiencias en chasis y aerodinámica que supuestamente afectaban a los monoplazas. La marcha de Fernando Alonso y la salida de Stoffel Vandoorne se palió con la llegada de una pareja de pilotos demasiado joven a decir de los expertos: Lando Norris y Carlos Sainz…

No me extiendo. A comienzos de esta temporada nada auguraba que tan sólo unos meses después el panorama iba a ser tan radicalmente diferente, y por esto mismo tiene tanta importancia el podio (fantasma) en Interlagos.

La Fórmula 1 ha escatimado minutos de exposición a la de Woking durante toda la temporada, con especial interés en que Carlos Sáinz pareciera invisible a pesar de sus grandes actuaciones, como apuntó su padre en Twitter. Pero nuestro deporte se alimenta también de visibilidad y el tercer puesto en el circuito paulista supuso para todo el equipo la posibilidad de resarcirse de tanto silencio. Aunque fuese instantes después de conocerse que Lewis Hamilton había sido penalizado con 5 segundos y una vez concluida la ceremonia oficial, los representantes de McLaren en Brasil asaltaron el podio rodeando al hombre que lo había hecho posible y ofreciendo innumerables muestras de alegría.

Les hacía falta porque de vez en cuando viene muy bien saber que efectivamente estás pisando terreno firme, que el trabajo da sus frutos y el desierto no es infinito. La británica lo necesitaba y el premio ha llegado en el mejor instante, ya que 2020 se prevé una campaña complicada. En 2021 los coches papaya volverán a llevar propulsores Mercedes-Benz pero queda un largo año por delante conviviendo con una Renault que no está atravesando sus mejores momentos. Ahora, más que nunca, la confianza resulta imprescindible…

Y Carlos Sainz como eje de todo. El madrileño ha sabido liderar la nueva aventura con la cabeza fría y los pies en el suelo. La de Woking es cuarta en el Mundial de Constructores y el español ha sabido acumular 95 puntos de los 140 totales, a falta de lo que nos depare Abu Dhabi, haciendo gala de una conducción limpia y sumamente inteligente que ya lo ha puesto en boca de quienes opinan que está entre los tres mejores pilotos de la parrilla, por detrás de Lewis Hamilton y Max Verstappen.

Su remontada, el adelantamiento a Sergio Pérez y la defensa sin apenas gomas ante Kimi Raikkonen en Interlagos, de nuevo han dado fe de que estamos delante de un conductor ciertamente especial por muy poca atención que le preste la realización televisiva de la FOM. Es el líder de McLaren por derecho propio y seguramente la británica no podría estar en mejores manos. También aquí era relevante el podio conseguido en el José Carlos Pace, porque ha reforzado la idea de que las cosas se están haciendo bien y el futuro ha dejado de ser un lugar sombrío.

Os leo.

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