sábado, 19 de octubre de 2019

Unas líneas


Acaba el fin de semana y me ha fallado el hidráulico, que es como decir que el alma ha flaqueado. No ha sido posible que Ernesto y yo nos hayamos visto, pero él, seguramente mejor que nadie, sabe qué toca ahora...

Llegan los Job 41.1, ya hay confirmación de que la otra novela sale para el Día del Libro, estoy puliendo los primeros capítulos de Foxtrot en Babilonia y, entre pañales, medicamentos y silla de ruedas, el automovilismo me sigue suponiendo la tabla de salvación para aguantar lo que me echen entre las cuatro paredes de mi celda en Reading, un vasto océano cuya únida dimensión es la profundidad. Ha escrito Óscar. No es el mismo de antes porque quien no cambia con el transcurso de los años no merece vivir. Me dice que el agua estancada no sirve de nada y que es mejor fluir como el caudal de un río...

Buenos días. Os leo.

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