lunes, 7 de octubre de 2019

Oda en elogio del bendito sofá


Os pongo en situación: Nick Fry, socio y segundo de a bordo de Ross Brawn en la escudería Brawn GP, desvela en el libro «Survive. Drive. Win.: The Inside Story of Brawn GP», que en 2009 Ron Dennis le solicitó personalmente información confidencial sobre el Brawn GP001, y que después de proporcionársela no volvió a saber del patrón de McLaren: «Wanted to know just how good our aero package was and exactly what numbers we were seeing in our testing in the wind tunnel...» [McLaren’s Dennis ‘asked Brawn GP for secret car data in 2009'].

Escribí el sábado pasado sobre este curioso testigo que parece no querer recoger nadie [Fish memory] y, bueno, 2009 queda lejos y fue complicadito de cojones...

2009 es la temporada que estrena el ERS (Energy Recovered System) y termina sin el bendito cachivache al que Flavio Briatore se refirió como un magnífico ancla para su yate. También es la campaña en que se aplicó una normativa que trataba de limitar la aerodinámica en los monoplazas, por aquello de reducir el gasto y devolver la emoción al espectáculo, aunque, en una jugada maestra, aceptó el Doble Difusor como animal de compañía, aunque sólo en unos equipos concretos: Toyota, Williams y Brawn GP, porque a los demás que vinieron con la bendita idea debajo del brazo, los mandó Charlie Whiting a tomar por el flete.

Años después supimos en qué consistió el ardid por boca de Adrian Newey: «It was down to the fact that Max Mosley at that time wanted to teach a lesson to Ferrari and McLaren...» [F1's double diffuser affair a Mosley 'lesson' for McLaren and Ferrari], con lo que tenemos que el Presidente de la Federation Internationale de l'Automobile, con ayuda de Charlie, of course!, conspira y prevarica contra Maranello y Woking mientras se orina y defeca con fruición sobre el espíritu de la normativa que pretendía limitar los aspectos aerodinámicos y tal... ¡Esto es Fórmula 1, y si pestañeas te la puedes perder!

Vale, Dennis aquí es una víctima, creo que queda claro, y resulta hasta cierto punto comprensible que con tal de conocer qué podía fallar en el MP4/24, no lo olvidemos, recuerde a Fry el favorcito que hizo McLaren a Brawn GP no vetando que Mercedes-Benz suministrase motores patanegra a la de Brackley, total, Norbert Haug también andaba por allí y al final todo iba a quedar en casa, como se comprobó al año siguiente, cuando el alemán se incorporaba a Mercedes AMG, a la sazón, heredera natural de Brawn GP. 

No me distraigo. El coche británico sufre una evolución acojonante durante el verano y para Hungría estaba en orden de batalla y comienza a proporcionar titulares del estilo: ¡Si alguien puede hacerlo es McLaren!, ¡Cuánto debe aprender Ferrari de McLaren!, ¡El MP4/24, uno de los mejores coches de la parrilla!, ¡Exhultante Hamilton!, ¡Hamilton en modo imperial...! ¡Basta!, que me estoy viniendo arriba y tampoco es eso...

El caso es que McLaren recorta distancias y termina tercera en 2009 con un punto de ventaja sobre La Scuderia, que había sufrido en propias carnes las consecuencias del accidente de Felipe Massa, el despropósito del pobre Luca Badoer, la imposibilidad de Michael Schumacher para rescatar a la rossa, y un sinfín de cosas chungas que sólo pueden ocurrir en secuencia cuando tienes tu sede en Maranello. Y bueno, ahora hemos descubierto que la historia tenía trasfondo, y que no hay mejor lugar para entender la Fórmula 1 que el sofá de casa cuando pasa el tiempo y los protagonistas comienzan a soltar la lengua.

¿Tuvo algo que ver en la recuperación de la británica la conversación entre Dennis y Fry...? Desgraciadamente mi bolita de cristal sigue sin pilas y no puedo contestar a eso, y no me vengáis con que Ron sólo quería saber si sus ingenieros le estaban engañando. Es un truco muy barato y gastado en el que sólo podía caer Nick Fry.

Moraleja: en nuestro deporte también se escribe recto sobre renglones torcidos, aunque a la hora de hacer las cuentas y pasarlas a limpio, unos siempre andan más listos que otros...

Os leo.

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