Sergio Pérez ha vuelto a sumar en Sochi 6 golosos puntos para su escudería, lo que le arroja un saldo de 33 en su cuenta personal de los 52 que tiene Racing Point, algo más del 63%, por aquello de concretar.
Dicen que las comparaciones son odiosas, así que vamos a ahorrarnos el trago de establecerlas entre el desempeño del mexicano y el de su compañero, básicamente porque el de Guadalajara corre en Fórmula 1 de manera profesional, buscando mejorar sus prestaciones, justificar su sueldo y ayudar al equipo a progresar, mientras que el canadiense, pues eso: corre en Fórmula 1.
Seguramente exagero con Lance Stroll, disculpadme, en todo caso entiendo que no supone óbice ni cortapisa para que volvamos a preguntarnos qué coño hemos hecho para merecernos una Fórmula 1 en la que el techo laboral está tan bajo para la mayoría de pilotos, que nos vemos obligados a consolarnos mientras a ellos y a nosotros nos pasa la vida por encima.
Bueno, ya sé que la contribución de un piloto a su equipo se muede medir y tal, y se puede tasar en 1% porque tras él hay miles de trabajadores con sus correspondientes familias, que no se nos olvide este matiz. ¿Y las decisiones?, ¿qué me decís de las decisiones y la responsabilidad...?
El piloto, actualmente, ocupa un lugarcito muy pequeño en comparación con el océano Pacífico, y si lo medimos en relación al sistema solar ni os cuento, pero miras el solar y se te caen los calzoncillos al suelo: Albon y Gasly parecen cromos intercambiables. Giovinazzi espera su oportunidad (eso dicen). Russell, de momento, aguanta el sinvivir en Williams porque a la prensa british le gusta hablar de él, que si fuese ruso: ni pa'diós. Ricciardo huye de guatemala y se mete en guatapeor. Norris es desde ya chico Mercedes como Wehrlein y Ocon, y ni tan mal si al final le ocurre como al francés, que después de dar algunos tumbos ha acabado sustituyendo a Nico en Renault cuando ni siquiera se sabe qué pasará con la gala a partir de 2021...
¿Hulkenberg, hablamos de Hulkenberg...?
Los pilotos son peones de brega, ese 1% que señalaba el gurú, pero, al final, también son los que traen puntos a casa, los que ayudan a evolucionar el monoplaza, etcétera, y miras a Checo y no entiendes cómo en la de Silverstone nadie se ha puesto las pilas para ofrecerle un vehículo a la altura de su calidad como conductor. Que sí, Vettel necesita que Ferrari le dé un coche ganador, pero al fondo de la parrilla también hay necesidades de este tipo, y lo cierto es que en Racing Point, miras más allá de Sergio y no ves gran cosa.
El piloto, actualmente, ocupa un lugarcito muy pequeño en comparación con el océano Pacífico, y si lo medimos en relación al sistema solar ni os cuento, pero miras el solar y se te caen los calzoncillos al suelo: Albon y Gasly parecen cromos intercambiables. Giovinazzi espera su oportunidad (eso dicen). Russell, de momento, aguanta el sinvivir en Williams porque a la prensa british le gusta hablar de él, que si fuese ruso: ni pa'diós. Ricciardo huye de guatemala y se mete en guatapeor. Norris es desde ya chico Mercedes como Wehrlein y Ocon, y ni tan mal si al final le ocurre como al francés, que después de dar algunos tumbos ha acabado sustituyendo a Nico en Renault cuando ni siquiera se sabe qué pasará con la gala a partir de 2021...
¿Hulkenberg, hablamos de Hulkenberg...?
Los pilotos son peones de brega, ese 1% que señalaba el gurú, pero, al final, también son los que traen puntos a casa, los que ayudan a evolucionar el monoplaza, etcétera, y miras a Checo y no entiendes cómo en la de Silverstone nadie se ha puesto las pilas para ofrecerle un vehículo a la altura de su calidad como conductor. Que sí, Vettel necesita que Ferrari le dé un coche ganador, pero al fondo de la parrilla también hay necesidades de este tipo, y lo cierto es que en Racing Point, miras más allá de Sergio y no ves gran cosa.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario