Septiembre

Hoy es 7 de septiembre, que cantaba Mecano. Buen día para haberse levantado temprano y pisar descalzo la arena mojada de la playa de Gorliz con la ilusión de ser el primero...

Nunca somos los primeros, siempre hay alguien que ha estado antes, que tuvo antes la misma idea, que mirando al horizonte nublado pronunció antes «te quiero tanto», que comprendió antes lo tonto que resulta intentar dejar huellas que respeten las olas con sus caricias de lengua de gato.

No me pidáis explicaciones ni le déis vueltas. No sé qué coño hago escribiendo estas líneas cuando en sentido estricto no recuerdo que un 7 de septiembre me haya pasado algo relevante que celebrar, salvo, acaso, que he sentido ganas de desentumecer los dedos sobre el teclado y que hoy, precisamente, la bocanada de aire de mar que me he llevado a los pulmones me ha susurrado al oído que la vida no pesa tanto si tienes a mano una botella de cristal en la que introducir un pedacito de lo que has vivido, para devolverlo luego al mar.

Ando un poco desubicado pero pasará. Parezco el Eagle de la foto de entradilla, que en mitad del desierto, lejos de su hábitat natural, tiene pinta de ser una nave alienígena. Seguramente es eso: que es septiembre y se nota.

Os leo.