No sé si con Charlie (Whiting) vivíamos peor o mejor, pero tengo meridianamente claro que si llega a estar ejerciendo de Director de Carrera en Hockenheim nos perdemos el Gran Premio de Alemania tal y como lo hemos conocido. También imagino a los de siempre contemporizando con las decisiones del británico porque así no se puede correr, es de locos hacerlo, etcétera, etcétera, etcétera, porque a Charlie (Whiting) se le toleraba y justificaba todo, ¡a ver...!
Tuvimos suerte en Hockenheim, tampoco lo vamos a negar. La carrera empezó al mediodía, de manera razonable, a las 15:10 concretamente, pero el ocaso en Alemania toca las campanas a finales de julio a las 21:32, lo que proporcionaba un espacio iluminado de seis horas y veinte minutos. Bueno, quitemos el sobrante porque en los previos del anochecer la visibilidad se reduce y, total, seis horas de margen siguen estando bien...
Llovió, sí, también, y abundante, pero una cosa no quita la otra. No estaba Charlie (Whiting), y la actual Dirección de Carrera no se enredó sacando a Maylander con el fin de dilatar el inicio de la prueba y lo puso en pista cuando fue estrictamente necesario, lo que permitió que disfrutásemos de un bonito espectáculo en el que el Safety Car sumó cinco bonitas notas de color. Sí, caía agua, lo sé, lo acabo de comentar y el spray ha llevado a Robert Kubica a decir que en algunos tramos nocturnos de rallye veía mejor [Pon un dummy en tu vida], pero desgraciadamente aquí se acaban las comparaciones gracias a que no participaba Charlie (Whiting).
Por razones obvias nada es comparable al Gran Premio de Japón 2014, pero hete aquí que con ocasión del de Alemania 2019 hay quien ha visto la oportunidad de sacar a pasear su ignorancia con tal de sustantivar lo buena persona y profesional eficiente que era Charlie (Whiting).
Allí también llovía, claro, pero no como en Hockenheimring.
Phanfone era todo un señor tifón y sus nubes eran altas y estaban cargadas de agua y condensación, y de suyo, impedían el paso de la luz del sol con mayor contumacia que la tormenta que visitó la zona de Heidelberg. Pero hay más. La prueba nipona comenzaba a las 15:00 aunque a finales de septiembre, en Japón, el ocaso cae a las 17:23, es decir: en Suzuka sólo había dos horas de margen para disputar la carrera en modo seguro y Charlie (Whiting) consumió cuarenta y cinco minutos con Maylander sobre el asfalto antes y después de la bandera roja...
No hubo más Safety Car hasta el final, cuando ya era tarde para todos, sobre todo para Jules Bianchi...
Os leo.
Tuvimos suerte en Hockenheim, tampoco lo vamos a negar. La carrera empezó al mediodía, de manera razonable, a las 15:10 concretamente, pero el ocaso en Alemania toca las campanas a finales de julio a las 21:32, lo que proporcionaba un espacio iluminado de seis horas y veinte minutos. Bueno, quitemos el sobrante porque en los previos del anochecer la visibilidad se reduce y, total, seis horas de margen siguen estando bien...
Llovió, sí, también, y abundante, pero una cosa no quita la otra. No estaba Charlie (Whiting), y la actual Dirección de Carrera no se enredó sacando a Maylander con el fin de dilatar el inicio de la prueba y lo puso en pista cuando fue estrictamente necesario, lo que permitió que disfrutásemos de un bonito espectáculo en el que el Safety Car sumó cinco bonitas notas de color. Sí, caía agua, lo sé, lo acabo de comentar y el spray ha llevado a Robert Kubica a decir que en algunos tramos nocturnos de rallye veía mejor [Pon un dummy en tu vida], pero desgraciadamente aquí se acaban las comparaciones gracias a que no participaba Charlie (Whiting).
Por razones obvias nada es comparable al Gran Premio de Japón 2014, pero hete aquí que con ocasión del de Alemania 2019 hay quien ha visto la oportunidad de sacar a pasear su ignorancia con tal de sustantivar lo buena persona y profesional eficiente que era Charlie (Whiting).
Allí también llovía, claro, pero no como en Hockenheimring.
Phanfone era todo un señor tifón y sus nubes eran altas y estaban cargadas de agua y condensación, y de suyo, impedían el paso de la luz del sol con mayor contumacia que la tormenta que visitó la zona de Heidelberg. Pero hay más. La prueba nipona comenzaba a las 15:00 aunque a finales de septiembre, en Japón, el ocaso cae a las 17:23, es decir: en Suzuka sólo había dos horas de margen para disputar la carrera en modo seguro y Charlie (Whiting) consumió cuarenta y cinco minutos con Maylander sobre el asfalto antes y después de la bandera roja...
No hubo más Safety Car hasta el final, cuando ya era tarde para todos, sobre todo para Jules Bianchi...
Os leo.
Estaba esperando esta entrada como agua de mayo Jose.
ResponderEliminarMe pasé pensando toda la prueba todo lo que nos hemos perdido por gracia de Charlie y Pirelli...
Afortunadamente, la mano de Bernie va quedando atrás...
Abrazos!
uff. como salte de alegría ver una partida con suelo mojado y autos parados, quería ver quien podía o no sacar mejor el embrague y no quedar patinando (que antes hasta en seco se quedaban pegaos) ver como se las arreglaba cada quien, si esta mojado y llueve y no quiere salirse de pista pues vaya mas lento, como debe ser y quien sea mas osado que pague las consecuencias, tal como pasaba en esa curva 16 que todos se iban recto, pero que bonito que fue por elección de ellos y no porque alguien les obligo a no hacerlo.. años sin disfrutar una carrera en mojado, y tal como dices, esos SC se vieron bien, ayudaron a la carrera y no la consumieron en un aburrimiento total como había pasado la ultima década podria decir jeje
ResponderEliminarCarlos Ollarves - Carora - Venezuela
A Charlie no le gustaba nada la lluvia por que es un factor fuera de su control. Aunque sus chicos son razonablemente buenos (no como Prost), en la lluvia pasan cosas raras,y un buen arbitro corrupto tiene que evitar en lo posible tener que meter a Hamilton en la pista con la grua en lo sucesivo.
ResponderEliminarPero aparte de temas de decisiones, en el fondo a mi lo que menos me gustaba de la epoca de Charlie era el colegueo indisimulado con ciertos pilotos, q por algo han sido los que han encabezado el tema funebre. Decia Joaquin Vidal, el excelente critico taurino de El Pais, que el conocia a todos los toreros pero no era amigo de ninguno, y el arbitro debe cumplir eso, o por lo menos, aparentar que lo cumple. Que menos que disimular un poquito y que no se note, no dejar que den pongan ellos las sanciones por radio, no dejar que digan cuando se corre y cuando no, y hacer como que te enfadas cuando te falten tu pupilos descaradamente al respeto.