No hace falta ser muy perspicaz para comprender que en el box de al lado de Verstappen no hay sitio para alguien que le haga sombra. Max no lo necesita y herr doktor Marko no lo consentiría jamás.
El austriaco (Marko) es un racer y se ha adaptado a las sucesivas situaciones con arte torero y como mandan los cánones. Mark Webber estuvo bien como coartada de Vettel pero es consciente de que no puede andar por la vida como antaño, rompiendo las piernas de gente como Jaime Alguersuari, intentando poner puertas al campo como con Daniel Ricciardo o ejerciendo de tapón entre bambalinas como hizo con Carlos Sáinz.
Su última hazaña visible (Marko, seguimos con él) fue bajar a Kvyat para subir a Max, la estrella holandesa que necesitaban Heineken y Bernie, the new project Vettel en palabras del chaval, pero quedó fea y lo que fue peor: continuaba por ahí aussie junior. Total, que la cosa no quedó tan deslumbrante como se esperaba y ahora que hay oportunidad con el australiano en Enstone y el español cuanto más lejos mejor, uséase, en McLaren, es a Pierre Gasly a quien le ha tocado bailar con la más fea porque haga lo que haga, se esfuerce lo que se esfuerce, nunca satisfará las altas expectativas depositadas en él.
En términos futbolísticos, esto viene a ser como que pudiendo contratar al mejor diestro natural que hay en el mercado, pasas de sus posaderas y te pillas un zurdo cojonudo pero le haces jugar por la banda derecha partido sí y partido también, todo por evitar que el delantero centro se sienta atosigado o molesto o yo qué sé.
Gasly es bueno pero no sabemos qué le está pasando en Red Bull. La presión, dicen —¡nos ha jodido mayo con las flores!—. Lo mismo podría estar haciendo los deberes a Honda y Milton Keynes como Daniil y Alexander desde Toro Rosso, con el fin de que Verstappen cuente siempre con el mejor material, pero ni lo sé ni parece que a nadie le interese saberlo.
Está bien que el francés no pueda con Max porque así dormimos más tranquilos. El universo necesita su orden interno y en esta historia no quedan flecos sueltos. Marko presiona al number two y lo terminará destrozando con ayuda de un prensa más preocupada por otras cosas, ya que sobre Gasly pende una espada de Demóstenes que es como la de Damocles pero en traducido con prisa. No es de plástico, es de metal pulido y afilado, y cuando termine su trabajo no habrá dudas de que nadie puede con Verstappen, que a fin y a la postre, es de lo que va todo esto.
Os leo.
El austriaco (Marko) es un racer y se ha adaptado a las sucesivas situaciones con arte torero y como mandan los cánones. Mark Webber estuvo bien como coartada de Vettel pero es consciente de que no puede andar por la vida como antaño, rompiendo las piernas de gente como Jaime Alguersuari, intentando poner puertas al campo como con Daniel Ricciardo o ejerciendo de tapón entre bambalinas como hizo con Carlos Sáinz.
Su última hazaña visible (Marko, seguimos con él) fue bajar a Kvyat para subir a Max, la estrella holandesa que necesitaban Heineken y Bernie, the new project Vettel en palabras del chaval, pero quedó fea y lo que fue peor: continuaba por ahí aussie junior. Total, que la cosa no quedó tan deslumbrante como se esperaba y ahora que hay oportunidad con el australiano en Enstone y el español cuanto más lejos mejor, uséase, en McLaren, es a Pierre Gasly a quien le ha tocado bailar con la más fea porque haga lo que haga, se esfuerce lo que se esfuerce, nunca satisfará las altas expectativas depositadas en él.
En términos futbolísticos, esto viene a ser como que pudiendo contratar al mejor diestro natural que hay en el mercado, pasas de sus posaderas y te pillas un zurdo cojonudo pero le haces jugar por la banda derecha partido sí y partido también, todo por evitar que el delantero centro se sienta atosigado o molesto o yo qué sé.
Gasly es bueno pero no sabemos qué le está pasando en Red Bull. La presión, dicen —¡nos ha jodido mayo con las flores!—. Lo mismo podría estar haciendo los deberes a Honda y Milton Keynes como Daniil y Alexander desde Toro Rosso, con el fin de que Verstappen cuente siempre con el mejor material, pero ni lo sé ni parece que a nadie le interese saberlo.
Está bien que el francés no pueda con Max porque así dormimos más tranquilos. El universo necesita su orden interno y en esta historia no quedan flecos sueltos. Marko presiona al number two y lo terminará destrozando con ayuda de un prensa más preocupada por otras cosas, ya que sobre Gasly pende una espada de Demóstenes que es como la de Damocles pero en traducido con prisa. No es de plástico, es de metal pulido y afilado, y cuando termine su trabajo no habrá dudas de que nadie puede con Verstappen, que a fin y a la postre, es de lo que va todo esto.
Os leo.
De verdad no entiendo que en un equipo que no juega a ganar el mundial (o aunque jugara a eso) no quiera tener a la mejor pareja de pilotos disponible.
ResponderEliminarPenasaba que esto iba de ser mejor que tus rivales...
Es todo un tema esto de poner a dos gallos en el mismo gallinero...
ResponderEliminarHerr dok tiene su propia teoría al respecto.;)
Y eso q siempre juran y perjuran q la igualdad es su maxima tal y como se ha demostrado todos estos años. :))))))))))))))))))
ResponderEliminarKing Crimson
Tenemos los gobiernos y la F1 que nos merecemos. Y ya está.
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