El mismo cesto

Con la tontería ésta de que participaba en el Supercampeonato WEC 2018/19 cierto piloto que acostumbra a coger por las solapas a sus jefes para recordarles quién manda ahí, nos hemos metido entre pecho y espalda dos añitos de aúpa en los que se nos ha recordado por activa y pasiva, que una competición tan desigual ni merecía ser considerada ni ná.

El caso es que la vida sigue a pesar de los chivatillos de la clase y los abundantes sotanillas que te dan lecciones sin que se las pidas, y el tipo ése del que hablaba hace unas líneas ha decidido irse a otros sitios a amedrentar al personal, pero Toyota se queda y el formato actual del World Endurance Championship se prolonga una temporada más, que podrían ser dos si los hypercar se retrasan, y a ver, que decía aquél...

Si os soy sincero, no me gustaría estar en la camisa de los que van a tener que defender el pabellón de la Resistencia a partir de ahora.

No se trata de que no haya alicientes —desde mis pobres capacidades, he hecho todo lo posible por hacerlos notar desde Nürbu tanto en 2018 como en 2019—, la cosa, para ellos, consiste en hacer un cesto diferente con los mismos mimbres, porque, imagino aunque les cueste asimilarlo todavía, que el WEC 2020 va a ser idéntico salvo que ya no estará ése que lo enturbiaba todo.

Espero ansioso sus aceradas críticas y nuevas muestras de apasionamiento a prueba de bombas, y si definitivamente ganan Conway, López y Kobayashi, sus certeros análisis pagafanteros sobre una situación tan insoportable que ninguno de los tres merecerá que les llamemos Campeones del Mundo.

Venga, parece fácil... Yo os leo.