Fieles a nuestro estilo agreste y tramontano, mientras ahí fuera suceden cosas, que diría don Mariano Rajoy, en Nürbu vamos a continuar con el primer repasito anual a las escuderías, y si en la anterior entrega mencionábamos que la de Entone está en un puño con la protagonista de esta entrada y Haas [¡Vaya plan! (Renault)], toca puntualizar que el puño en concreto se extiende hasta el cuarto equipo clasificado, con una diferencia de 10 puntos entre McLaren y Renault, que parece una cifra interesante y todo, por aquello de lo apretadita que está esta zona de la parrilla que nos repiten desde la prensa como papagayos...
Lo malo es que Renault, Alfa Romeo, Haas, Racing Point y McLaren, suman un total de 69 puntos y no llegan ni a lo que acumula Red Bull (87), lo que hace 13'8 de media para cada uno de ellos —de media, que las dos primeras sólo llegan a rozar la cifra—, que divididos entre las cinco carreras disputadas nos da un escalofriante 2'76 por Gran Premio, también de media...
Imagino que me estáis siguiendo: el Wow! de lo apretadito que está todo ahí se circunscribe a la lucha por los puestos nono y décimo, situación que no me parece ni razonable ni aceptable porque más bien describe un cementerio. Una buena prueba te permite sacar la cabeza y hacer de zombi un rato, pero uno de los habituales quebraderos de cabeza te vuelve a enterrar.
Y en éstas estamos. Alfa Romeo ha mejorado mucho con respecto al año pasado pero sólo si la comparamos con Renault, Toro Rosso y Williams, y apreciamos apasionadamente que suele disputar el terreno a Haas, escuadra que en 2018 estaba bastante más arriba y con mejor pronóstico. Si limpiamos los cristales de las gafas, la realidad es bastante similar a la de hace 12 meses, que ni tan mal, oye, salvo porque estamos hablando del equipo B de Ferrari, ya no aparece Sauber por ninguna parte, y esta historia se suponía que era uno de los sueños más queridos por Sergio Marchionne...
Os ahorro mencionar los ríos de tinta que originó su aerodinámica y un planteamiento de alerón delantero que iba a ser copiado por todo el mundo, porque en el fondo da lo mismo. Giovinazzi y Raikkonen hacen lo que pueden con un vehículo que, de momento, ni con una unidad patanegra Ferrari en sus entrañas y mayor presupuesto ha podido distanciarse de la estela del C37. Pero gracias a Dios hay dinero detrás del proyecto y esto nos aventura (al menos) una evolución constante, es decir: Alfa Romeo acabará saliendo del pozo aunque sea debido a la caída de iniciativas más débiles, pero de momento no es así.
El C38 es un monoplaza delicado al que todavía le faltan algunos hervores antes de encontrar el equilibrio que permita a Antonio y Kimi empezar a destacar, cosa que, sinceramente, me lleva a cruzar los dedos porque ahora mismo no las tengo todas conmigo en este pronóstico.
Os leo.
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