No por intuido deja de saber un poco mal el desenlace. Desaparece un pabellón ligado a la Fórmula 1 desde hace décadas y lo sustituye uno de esos apaños de comercialización que son tan habituales a día de hoy. Se va Sauber y nos deja en su lugar una Alfa Romeo que no tendrá su sede en Milán sino en Hinwil (Suiza), cuyo diseño para este año no lo habrá elaborado Alfa Corse sino el equipo humano y técnico del cantón zuriqués y será propulsado por una unidad de potencia made in Ferrari...
Parece un chiste (malo) pero es la cruda realidad, muy a la manera Marchionne, para qué negarlo si él fue el artífice de que Il Quadrifoglio prácticamente abandonase su contacto con la competición, y también el que nos aseguró que la entente Alfa Romeo-Sauber firmada en 2017 consistía en un mero patrocinio.
Imaginábamos por dónde venían los tiros y al final así ha sido. No voy a decir que Alfa Romeo usurpa a Sauber pero tampoco se puede negar que hay un modo colonizador en la operación que tira bastante para atrás y que tiene muy poquito que ver con la tradición de nuestro deporte.
¿John Elkann sigue mostrando demasiada prisa? ¿De seguir vivo Marchionne habría adelantado tanto los tempos...?
Sin duda son preguntas que siguen en el aire y sin responder, claro. Y es que no es lo mismo que la milanesa estuviera lista en 2021 para entrar en el Circo con todos los sacramentos, aunque apoyándose en la estructura de Hinwil, que proponer un Sauber con motor Ferrari que participará en el Mundial 2019 bajo el pabellon Alfa Romeo Racing, cuando para colmo, los pronósticos otorgan al engendro el papel de equipo B de Maranello, al estilo Toro Rosso con Red Bull.
En todo caso, tampoco hay por qué extrañarse demasiado. Por mor de la globalización nuestro mundillo es tal cual a pesar de que no lo reconozca ni la madre que lo parió. Las apariencias ganan por goleada a lo genuino y la razón de ser. Eso sí, así están las cosas y así os las cuento.
Os leo.
Hola,
ResponderEliminarDespués de esto, habrá que preguntarse si Haas acabará corriendo bajo pabellón de Maserati. Aunque puestos nostálgicos, quizás podría hacerlo incluso bajo el pabellón de Pegaso, que a fin de cuentas, también pertenece a una marca del grupo Fiat...
Curiosa la historia de Sauber. Entró a la F1 como la avanzadilla de Mercedes, con quien ya había ganado en Resistencia y hospedado el Junior Team de Schumacher, Werlinger y Fretzen, fue el equipo de BMW en F1, para acabar siendo Alfa Romeo.
Salu2!