Partiendo de un fragmento de la recreación gráfica que hizo el estudio de Jan Rambousek y Petr Milerski [These Automotive Recreation Artists Are Absolutely Insane] sobre un Ferrari 250 GTO en plena disputa de la Targa Florio a primeros de los sesenta del siglo pasado, vamos a hablar hoy de De bólidos y hombres [Macadán Libros, 2014], un libro considerado imprescindible por buena parte de la afición al automovilismo deportivo, y con razón, sea dicho de paso.
De bólidos y hombres (Cars at Speed en el original) es una obra divulgativa escrita por Robert Daley e ilustrada por Héctor Cademartori en 1961, que fue publicada unos meses después en España, Argentina y Colombia, por la Editorial Bruguera, bajo la pedreroliana denominación de Volantes de la muerte (colección Círculo Blanco, abril de 1962) —tengo ambas ediciones, incluso su secuela (The cruel sport, 1967), pero ya aviso que antes mato que me desprendo de ellas...
En fin, el volumen en cuestión supone un fabuloso paseo por las carreras, circuitos y héroes anteriores a su fecha de publicación, de forma que de la mano de Daley visitamos la Mille Miglia, la Targa Florio, el Nürburgring, las 24 Horas de Le Mans, el Gran Premio de Mónaco o el de Francia o Portugal, el de Buenos Aires, etcétera, etcétera, etcétera, hasta completar un repaso monumental por lo que vienen siendo los cimientos de nuestro deporte.
Robert Daley no es precisamente un cualquiera. Era corresponsal del New York Times en Europa y cubrió las temporadas de carreras de 1958 a 1964, amén de ser un escritor que con el paso del tiempo alcanzaría el éxito en los géneros de suspense y policiaco —¿os acordáis de Manhattan sur (1985), la película que dirigió Michael Cimino e interpretó Mike Rourke?, pues previa adaptación del propio Cimino y un tal Oliver Stone, está basada en su novela Year of the Dragon.
Y bien, es precisamente este control de la técnica narrativa la que da un pulso especial a De bólidos y hombres, convirtiendo su texto en una lectura agradable y amena que permite al lector adentrarse en la historia de nuestro deporte sin prácticamente esfuerzo.
Alejado de la actual necesidad de rigor en el dato y la estadística, el libro fluye entre personalidades, hechos, lugares y anécdotas, de forma que cada evento o cada escenario cobra un marcado carácter humano.
De Portago, Fangio, Hill, Gurney, Caracciola, los hermanos Renault, etcétera (en realidad un extenso etcétera), se convierten así en protagonitas y en excusa para cada descubrimiento, ya que como decíamos hace unas líneas, estamos ante un volumen que trata de acercar el universo de las carreras al gran público de la época. Y atentos a este matiz, porque la grandeza de De bólidos y hombres es, precisamente, que a lo largo de sus 400 páginas, la visión que nos aporta es la sincera de un cronista de finales de los cincuenta y primeros de los sesenta del siglo XX, tratando de hacer comprensible la crueldad y la magia de un deporte que por entonces se cobraba cuantiosas víctimas.
Agotado en la actualidad, no dudo de que volverá a ser editado más pronto que tarde, de forma que cuando vuelva a estar asequible no lo penséis dos veces: pilladlo porque no os vais a arrepentir.
Os leo.
Y bien, es precisamente este control de la técnica narrativa la que da un pulso especial a De bólidos y hombres, convirtiendo su texto en una lectura agradable y amena que permite al lector adentrarse en la historia de nuestro deporte sin prácticamente esfuerzo.
Alejado de la actual necesidad de rigor en el dato y la estadística, el libro fluye entre personalidades, hechos, lugares y anécdotas, de forma que cada evento o cada escenario cobra un marcado carácter humano.
De Portago, Fangio, Hill, Gurney, Caracciola, los hermanos Renault, etcétera (en realidad un extenso etcétera), se convierten así en protagonitas y en excusa para cada descubrimiento, ya que como decíamos hace unas líneas, estamos ante un volumen que trata de acercar el universo de las carreras al gran público de la época. Y atentos a este matiz, porque la grandeza de De bólidos y hombres es, precisamente, que a lo largo de sus 400 páginas, la visión que nos aporta es la sincera de un cronista de finales de los cincuenta y primeros de los sesenta del siglo XX, tratando de hacer comprensible la crueldad y la magia de un deporte que por entonces se cobraba cuantiosas víctimas.
Agotado en la actualidad, no dudo de que volverá a ser editado más pronto que tarde, de forma que cuando vuelva a estar asequible no lo penséis dos veces: pilladlo porque no os vais a arrepentir.
Os leo.
El libro Volantes de la Muerte, en castellano, está disponible en PDF en alguna página web no demasiado legal y con mil popups ridículos antes de la descarga, hay que insistir pero está disponible. Googlead y aparece
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