lunes, 28 de enero de 2019

Pierre en la ratonera


Dean Martin o Anita Kesley. A pesar de que la versión de Michael Bublé está rebuena, que decía aquél, me quedo con Sway en la voz de Dean o Anita, tal vez más con la de la británica, y eso reconociendo que pisa parecidos terrenos que Rosemary Clooney...

No me enredo que vamos por la cuarta línea. Esto iba de mejores versiones y de que teóricamente todos tenemos interiorizado que en el paddock miente hasta el que usa la fregona, y esto nos pone ante la elección de mentiroso más creíble.

Sé que juego con ventaja, pero incluso cerrando los ojos me pido a herr doktor Marko. Su imagen es poderosa, tanto que podría salir airoso como actor de teatro —siempre haciendo de villano alemán o austriaco, claro—. También es magnética. Vamos, que sin despeinarse tiene medio terreno ganado a secundarios de opereta como Wolff, Horner o el ya desterrado Arrivabene.

No he elegido a Niki porque le das una frase, se pone a hablar, saca la lengua a pasear y te destripa la obra en un santiamén. Marko es más contenido, sobrio seguramente. Es consciente de que lleva la mejor mano y lo maneja a su antojo. Le preguntas por Gasly, un ejemplo, y te contesta que los dos pilotos de Red Bull gozarán de las mismas oportunidades, y no trates de indagar más porque te apabullará con críticas a Renault, con alabanzas a Honda o con impresiones sobre el estado actual de la Fórmula 1 o la Formula E.

El tío parece un cofre de pirata cerrado bajo siete llaves. ¿Y Pierre? Pues eso, que el francés gozará de las mismas oportunidades que tuvieron en su día Ricciardo o Webber, porque en qué cabeza cabe que disfrute del mismo tratamiento que Max o Sebastian anteriormente. Pero Marko es tan portentoso en su interpretación que todo esto te lo deja a ti, o al periodista que haya preguntado, que la imaginación es libre y al fin y al cabo él no ha soltado prenda ni se ha mojado.

Claro está, lees luego a Franz Tost admitiendo sin rubor que durante 2019 Toro Rosso va a currar exclusivamente como laboratorio rodante para su hemana mayor y te imaginas lo peor en el seno de Milton Keynes, pero como la imaginación es libre, tal y cual veníamos diciendo, todo esto queda a tu cuenta y riesgo, que es como le gusta que queden las cosas al bueno de Helmut. ¿Piensas eso? ¡Tú mismo!, y así...

Me atraen este tipo de personajes, lo reconozco. Son soberbios y prepotentes, parece que siempre caminan sobre las aguas, pero la densidad de su papel es tan grande que intuyes perfectamente que como te descuides bajan a la arena a partirte la cara, así que poquitas bromas con ellos, que a lo peor te sueltan: ¡el infierno soy yo! o ¡tú no puedes manejar la verdad! o ¡su carencia de fe resulta molesta...! Y bueno, así las cosas resulta comprensible que dé mucho reparo preguntar si Gasly va a tener derecho a frase o si ya nos podemos ir imaginando que se ha metido en una ratonera.

Os leo.

1 comentario:

  1. Marko podría, a mi entender, ser un buen político. Dice poco, y confuso, y luego se desmiente, para mentir nuevamente. Un día Renault es malo malo malísimo, al día siguiente firma para renovar motores con ellos (renombrados "TAG", para que nadie lo cuestione).
    El bueno de Niki, en cambio, es demasiado flojo de lengua. "Se le caen" cosas de tanto en cuando, que no deberían escapársele.
    ¿Resultado? Marko tiene poder real en su equipo, mientras que Niki es "presidente no-ejecutivo" y acaba de perder (vender, en este caso) otra línea aérea más.
    Niki no es simpático. Cuando era joven y talentoso nunca fue un Regazzoni. Pero bueno: Al lado de Marko...

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