Discúlpenme ustedes las horas...
Estoy desayunando croquetas frías mientras escribo estas líneas —no hay nada mejor en esta vida que comer croquetas de la noche anterior. Smells like victory!—, y no me puedo quitar de la cabeza las palabras de Bernie sobre Sebastian: «... tengo la impresión de que Ferrari ha vuelto a las viejas costumbres tras la muerte de Sergio Marchionne. De repente, hubo extraños errores estratégicos y, desde fuera, noté que Ferrari hacía más por Kimi Räikkönen que por Sebastian. Un equipo debe apoyar a su favorito por el título absolutamente. Le veo como una víctima, más que como el culpable» [Vettel es una víctima de Ferrari, no el culpable].
¿Qué, cómo se os ha quedado el cuerpo...?
Estoy desayunando croquetas frías mientras escribo estas líneas —no hay nada mejor en esta vida que comer croquetas de la noche anterior. Smells like victory!—, y no me puedo quitar de la cabeza las palabras de Bernie sobre Sebastian: «... tengo la impresión de que Ferrari ha vuelto a las viejas costumbres tras la muerte de Sergio Marchionne. De repente, hubo extraños errores estratégicos y, desde fuera, noté que Ferrari hacía más por Kimi Räikkönen que por Sebastian. Un equipo debe apoyar a su favorito por el título absolutamente. Le veo como una víctima, más que como el culpable» [Vettel es una víctima de Ferrari, no el culpable].
¿Qué, cómo se os ha quedado el cuerpo...?
La verdad es que no veo qué sentido tiene todo esto. 2019 está a la vuelta de la esquina y por quinta ocasión consecutiva, que se dice pronto, el de Heppenheim se va a enfrentar a la cruda realidad de tener que defender los colores de la rossa frente a la todopoderosa Brackley y su piloto número uno, aunque también cabe decir que, por si las moscas, algunos santos varones de lo nuestro ya han extendido la correspondiente colchoneta, advirtiendo que hasta que no se cambie la normativa sobre unidades de potencia resultará prácticamente imposible batir a Mercedes AMG.
Lo cierto es que ésta ya la sabíamos. La sentencia de los cogieron era válida en 2014, cuando se estrenó la etapa híbrida. Entonces todo el mundo miraba para otro lado. Fernando se iba a convertir en un traidor, en un tipo acabado, en un desleal, pero hoy el tiempo nos ha dado la razón a él y a los que lo vimos venir, aunque hay que reconocerle al asturiano que tuvo los santos cojones de intentarlo desde otro frente, abandonando La Scuderia, claro está.
La operación de blanqueo que tiene al alemán en su foco me parece pelín infantil y desmedida, y bajo mi humilde entender, corre riesgo de estallar como una burbuja de jabón.
Estamos a las puertas de iniciar temporada y lo único que queda claro de ella es que va a resultar complicada para todo el mundo. Hay nueva normativa, Renault y Honda parece que han llegado, está Leclerc en Ferrari... A ver, en apariencia va a haber más lío en todos los frentes y no sé si entonces tendrá demasiado sentido seguir con el mantra de ni siquiera Sebastian ha podido, en el caso de que no lo consiga, evidentemente.
No han sido ni uno ni dos, ni tres, ni cuatro, quienes han señalado que al volante del SF71H, un Hamilton o un Alonso sí lo habrían logrado, si no vencer a Mercedes AMG, sí al menos haber luchado hasta el final. Es obvio que el alemán no era el Mesías de Maranello, aunque lo chocante del caso es que los que no paran de echarle capotes ahora son los mismos que proclamaron su excelencia en 2015.
Hay croquetas frías para desayunar. Zorionak! Os leo.
La operación de blanqueo que tiene al alemán en su foco me parece pelín infantil y desmedida, y bajo mi humilde entender, corre riesgo de estallar como una burbuja de jabón.
Estamos a las puertas de iniciar temporada y lo único que queda claro de ella es que va a resultar complicada para todo el mundo. Hay nueva normativa, Renault y Honda parece que han llegado, está Leclerc en Ferrari... A ver, en apariencia va a haber más lío en todos los frentes y no sé si entonces tendrá demasiado sentido seguir con el mantra de ni siquiera Sebastian ha podido, en el caso de que no lo consiga, evidentemente.
No han sido ni uno ni dos, ni tres, ni cuatro, quienes han señalado que al volante del SF71H, un Hamilton o un Alonso sí lo habrían logrado, si no vencer a Mercedes AMG, sí al menos haber luchado hasta el final. Es obvio que el alemán no era el Mesías de Maranello, aunque lo chocante del caso es que los que no paran de echarle capotes ahora son los mismos que proclamaron su excelencia en 2015.
Hay croquetas frías para desayunar. Zorionak! Os leo.
como dices, son declaraciones para blanquear la mala temporada (e imagen) de Vettel. Y los que quieren blanquearla son aquellos a los que decíamos entonces que le ayudaban. No es sorprendente
ResponderEliminarmarta
Cuanta razón, me encantan los pilotos que siempre ganan con el coche que no tienen :P
ResponderEliminarEl héroe de botox germano de la maFIA era más falso que la cara de Stallone, ahora todos sus fanboys también lo saben. Los que daban lecciones de catecismos formuleros a los demás. A mamarla.
ResponderEliminarSeguro que después de mas de una década, nadie sabe mas que tú como hacerlo. Pero bueno ahí estamos peleando. Nos vemos :P
ResponderEliminarCulónimo no te atragantes con mi herramienta esta noche, y no llores mucho por la leche derramada.
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