Ni aunque se quiera se puede negar que existe poco o nulo feeling entre Fernando Alonso y el buen pastor.
En el reportaje de despedida de Ferrari, el asturiano admitía abiertamente que prefería no hacer preguntas ni hacerse notar en las reuniones previas a la carrera, y todos entendíamos lo que venía a decir el español: él y Charlie no se llevan bien y siempre resultaba preferible bajar el perfil antes que exponerse a las iras vengativas del interfecto, porque el buen pastor tiene la potestad de castigar a sus rebeldes con rayos y truenos cuando se pone gracioso o no ha hecho bien la digestión, o simplemente no ha aliviado cañerías.
Ayer, en Interlagos, en una de esas situaciones habituales a lo largo y ancho de la temporada que no han merecido mayor interés por parte de Dirección de Carrera salvo algún tirón de orejas, Whiting se puso justiciero y castigó a Alonso con 5 segundos y 2 puntos del carné por no atender a las banderas azules... y todos entendimos el mensaje.
Voy cortito y al pie.
Es lunes 12 de noviembre y al bicampeón del mundo le queda una sola carrera para convertirse en lágrimas en la lluvia para la Fórmula 1, pero si tuviera la capacidad de escribir un final alternativo, escribiría que Fernando está esperando a que este cantamañanas prevaricador desaparezca de su puesto de mando, se jubile de una puñetera vez y deje de manchar este deporte señalando buenos y malos, para volver a disputar Grandes Premios sabiendo que el reglamento vale igual para todos, también para él. Y que si por fortuna vuelve a vencer le dedicará la victoria al buen pastor, que seguro que lo entiende.
Es lunes 12 de noviembre y al bicampeón del mundo le queda una sola carrera para convertirse en lágrimas en la lluvia para la Fórmula 1, pero si tuviera la capacidad de escribir un final alternativo, escribiría que Fernando está esperando a que este cantamañanas prevaricador desaparezca de su puesto de mando, se jubile de una puñetera vez y deje de manchar este deporte señalando buenos y malos, para volver a disputar Grandes Premios sabiendo que el reglamento vale igual para todos, también para él. Y que si por fortuna vuelve a vencer le dedicará la victoria al buen pastor, que seguro que lo entiende.
Os leo.
¿Que sabrá Charlie Whiting de los mandamases que no le echan ni con agua hirviendo?.............
ResponderEliminarLo sabe absolutamente todo de todo y de todos, por eso es intocable. Hace y deshace a su antojo como si de un cortijo propio fuera la F1. En su momento nuestro compatriota le cantó las cuarenta quedando retratado el juez sempiterno por ese motivo, pero el muy ladino se la ha estado guardando y cobrando una y otra vez cada vez que ha podido.
Si Fernando se calla y no dice nada es porque sabe que Charlie es un mandamás de este circo y que no le queda otra que aguantar los castigos arbitrarios de este tipo que pasó olímpicamente de las banderas azules en este mismo lugar en el año 2012 y que ahora le recuerda al Genio que para algo están.
No se cuando se jubilará este dinosaurio pero seguro que cuando lo haga casi toda la parrilla quedará descansando y quizás tal vez a partir de ese momento la ecuanimidad en las decisiones deportivas sea la tónica imperante. Seguro que su jubilación será millonaria y con todos los honores.
O quizás no, no contento con marcharse, lo mismo deja algún padawan entrenado por él que será su sustituto en la aplicación de las artes del Lado Oscuro.................
Un Jedi alonsista.
Whiting es sólo la punta del iceberg. Si se va, pondrán a otro del mismo tenor. Es la FIA toda el problema.
ResponderEliminarNo es por capricho meterse con Alonso. O con los japoneses de Honda. Es por dinero, mucho dinero. Protege inversiones enormes. Cuando Redbull financiaba el WRC y otras disciplinas de motor, era intocable. Ahora lo es Mercedes. Y mañana, será otro.