Purpose

Años escuchando el mantra de que Kimi disfrutaba de idéntico coche que Sebastian y que en Ferrari había igualdad de la buena entre sus pilotos, y llega el Gran Premio de Italia y sin tiempo para pestañear descubrimos que el de Espoo es efectivamente el segundo piloto del tetracampeón y, además, un tipo desleal con su equipo porque no le quiso hacer los deberes a Vettel en Monza...

He llegado a leer que Raikkonen es «temperamental». Así, con dos cojones y sin arrugarse. Él, a quien apodaron Iceman porque parece tallado en un bloque de hielo. Uno de los pilotos más grandes que tenemos porque incluso para ser segundo hay que valer, y mucho. El último campeón de la rossa, mi querubín rubio, el tipo que sigue acariciando las curvas como si las sujetara en brazos y las estuviera besando como hace con Minttu en las noches de invierno, mientras Robin y Rianna Angelia Milana duermen.

¿Pero de qué coño estamos hablando? La ignorancia es atrevida pero hay cositas que no tienen un pase.

Todavía resuenan en mis oídos los gritos de los tifosi de chicle clamando contra mi Felipe en Hochenheim 2010. Fernando is faster than you!, ¡idiota! ¡Déjale pasar, no montes el pollo...! ¡Ay, que no, que entonces no tocaba...! 

Toca hoy, cuando el Mesías de Maranello no tiene donde escudarse y salen a defenderlo los que tienen todo meridianamente claro pero han callado como putas de 2015 a esta parte. Y los gurúes que vieron el amanecer de los Reinos y los payasetes a los que el apasionamiento les ciega tanto que son capaces, todavía en este instante, de conjugar en una misma oración dos conceptos totalmente incompatibles.

Kimi ha sido siempre el segundo de Sebastian aunque pasaba por jugar con las mismas cartas, y si se negaba la mayor hace cuatro días no se puede venir ahora con lo del temperamento y la deslealtad porque suena a chiste barato. 

La medida de la salud de una afición no la marca su amor por los héroes sino por cómo trata a los que hacen bulto, pero así y todo, son indispensables. Lo demás es hooliganismo puro y duro, señales como radical a quien señales.

¿Visteis cómo se la devolvió Raikkonen a Hamilton ayer? Pues ése es el rango, gilipollas. Un individuo que podría estar mucho más arriba aceptó en su día ser el ángel custodio de un figura de plastilina. ¿Visteis sus neumáticos al término del Gran Premio de Italia? Pues ése es el rango, mamones. No hay muchos que puedan hacerlo en nuestra actual parrilla. Llegar segundo así es mucho llegar como para que ahora los monoreuronales anden escupiendo a quien salvó los muebles de La Scuderia porque el primer astado de la rossa hizo el imbécil en La Roggia.

Kimi acabará dejándolo y a mí me dará más por el saco seguir escribiendo sobre un deporte que cada jornada que pasa se hunde más porque sus seguidores son cada vez más idiotas. El segundo de Ferrari hizo lo que tenía que hacer después de haber logrado la pole el sábado, el que metió la pata hasta el zancarrón el domingo fue Sebastian Vettel, que si hay que decirlo se dice y no pasa nada...

Os leo.