Aprovechando la mutua confianza que nos tenemos os diré en las primeras líneas de este texto que no, que no creo que McLaren esté tan rota como parece en estos instantes, mayormente porque así os ahorro el agobio de tener que leer en diagonal por ver cómo acaba la entrada. Y ya os advierto que tampoco se trata de un mal entendido optimismo, como comprenderéis a partir del párrafo siguiente.
A principios de julio pasado, después de la salida de Éric Boullier y el inminente ingreso de Gil de Ferran en las filas de Woking, Zak Brown nos informaba de que la salida del túnel podía llevar algunos años. Como os pasó a muchos de vosotros, yo también pensé que el californiano estaba exagerando [Alonso y la nueva McLaren (09-07-2018)], aunque a tenor de los acontecimientos posteriores se ha visto que nos estaba contando la verdad aunque costaba digerirla.
Parece que ha pasado hace mucho tiempo pero el anuncio de la retirada de Fernando Alonso de la Fórmula 1 es prácticamente de anteayer, concretamente del 14 de agosto, y huelga decir que ésta es la pieza que nos faltaba a nosotros y que seguramente conocía Brown cuando dijo lo que dijo un mes antes. Y bien, aplicando todos los elementos a la lectura del nuevo escenario, resulta obvio que desde Alemania a esta parte McLaren ha estado enfocada a otras cosas diferentes a disputar el Mundial 2018.
¿Cuáles son? Pues hombre, después de haberos dado la turrada desde las pruebas en Montmeló con que este año iba a ser la base del siguiente, no puedo sino insistir en el mismo discurso aunque matizando que ahora se ha forzado la maquinaria pero no donde nos gustaría verlo, sino adelantando la pretemporada del campeonato 2019.
Es lo más lógico. Como hemos repetido hasta la extenuación, sin fiabilidad no se optimiza el rendimiento en el nuevo formato de competición, y aquí hay que aceptar que apostar por Renault tampoco fue una grandiosa idea porque la francesa también está verde en este aspecto. Además, McLaren no es Red Bull, que tiene un equipo como Toro Rosso que hace kilómetros y acumula toneladas de información con vistas a que sean usados por Milton Keynes.
Corren tiempos difíciles y me juego la mano con que dibujo a que Woking ha preferido sacrificar del todo 2018 para centrarse en 2019, circunstancia que encajaría con lo que le dijo Fernando en Twitter a Carlos tras conocerse que el madrileño vestirá de naranja el año que viene: «Grande Carlos. Llegas a uno de los grandes equipos de la historia de la F1. Espero en esta segunda parte de temporada preparar un 2019 competitivo!! Suerte!!»
Bueno, estamos en la segunda parte de la temporada, y a pesar de que he escogido para decorarla una de las instantáneas sobrante de Bélgica, reitero lo dicho al comienzo de esta entrada. No, no creo que McLaren esté rota, más bien está resolviendo sus problemas de la única forma que le queda: evolucionando el MCL33 con vistas al MCL34, y acumulando unos kilómetros y una información que bajo el paraguas del reglamento resultan imposibles de obtener de otra manera.
Os leo.
Os leo.
Toro Rosso no ha tenido generalmente el mismo motor que Red Bull, así que tampoco veo un inconveniente el que McLaren carezca de un equipo B. Lo que me parece claro es que Renault ha frenado la evolución del motor en pista desde que la austriaca decidió pasarse a Honda por simple escamoteo de secretos a un competidor. La única pega que le pongo al desembarco de Sainz en McLaren es que desde ya Renault se considera así mismo fabricante, y la elección de Ricciardo resuelve cualquier duda sobre este tema. Así que 2019 para los ingleses será otro año de transición, a la espera (es mi deseo) de que se decidan a diseñar sus propios motores para F1, que deportivos pepinacos para la calle ya saben hacer. Quizá todo dependa de cómo se defina el motor que pedirá la FIA para 2020.
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ResponderEliminarHola!
Yo también creo que Renault ha visto que tenía el enemigo en casa con RB y, de alguna manera, no ha querido poner toda la carne en el asador con la evolución del motor. Mi natural optimismo me quiere hacer pensar que el paso de Carlos a McLaren no es más que la transferencia de sinergías entre dos socios que el año que viene trabajarán más juntos, sin interferencias de terceros.
Sobre la reconstrucción de los de Woking, sería un buen momento para que Zack consultara con el legado histórico de la marca para ver qué dirección tomar. Yo ya estaría invitando a un té a John Barnald y Gordon Murray, simplemente por escuchar sus opiniones sobre el futuro de la F1, aunque es evidente que lo que falta allí es un Newey que dirija el barco. Instalaciones y tecnología siguen teniendo a espuertas ya que es el único fabricante de supercars que no depende de un gran consorcio automovilístico, quizás sólo sea cuestión de aprovechar sinergías.
Pilotos, a poco coche que haya, los va a haber. Además, si finalmente doblan en equipo Indy tienen asientos de sobra para colocar a consultores y futuras promesas que foguear para cuando estén en condiciones de ganar.
En fin, sólo queda el optimismo, porque a peor es difícil, aunque Williams se empeñe en demostrar que se puede.
Salu2!
Yo no lo veo tan fácil (desde mi ceguera, por supuesto). No sólo necesitas toneladas de pasta, además de tiempo de cocción para materializar un proyecto sano.
ResponderEliminarTúnel de viento, un CFD evolucionado, gente que sepa lo que hace. Key será fundamental en este aspecto. Bancos de prueba como los de RB, Mercedes yFerrari (AVL?)
Son muchos los ingredientes necesarios para resolver exitosamente este menú.
Y si Renault no se rinde en su objetivo de salir campeona, olvídate de disputar un mundial.