Sebastian acaba de encontrar la llave del campeonato y perfectamente puede tirarla al río para que nadie se la robe, si mañana certifica una buena carrera.
Lewis Hamilton, apremiado por recortar distancias con el alemán después del baño de agua fría en Silverstone, ha jugado mal sus cartas y arrancará en Hockenheim desde la séptima línea de parrilla, concretamente desde la decimocuarta posición. Se ha salido y al recuperar la pista ha golpeado los bajos de su W09 con todo lo que ha encontrado, total: out al finalizar la Q1 aunque por tiempos pasaba a Q2.
El regalo no ha sido desaprovechado por Vettel, quien haciendo gala de su tremenda velocidad a una vuelta no ha querido dejar ningún deber pendiente para la carrera. Fino y estratosférico, el tetracampeón ha endiñado un sonoro 1'11''212 a Bottas, dejando al finlandés de Brackley a 2 décimas, algo que incide en lo que venimos diciendo desde pretemporada: el SF71H puede y debe llevar a Ferrari a lo más alto.
En todo caso, tampoco podemos dejar que nuestros pies abandonen el suelo. Incluso saliendo desde la pole, el Gran Premio de Alemania pinta exigente con las estrategias. Hay previsión de lluvia y seguramente Maylander sacará a pasear el Safety Car. Es decir, el muro de la italiana va a tener que estar muy despierto si no quiere tirar a la basura lo conseguido hoy por su piloto número 1 y, sin duda, Kimi va a tener mucho que decir al respecto.
El de Espoo sale inmediatamente detrás de su jefe de filas, ocupando la tercera plaza. Honestamente tengo que decir que confío más en él que en su compañero, lo que no me impide ver que éste ejercerá de escudero mañana. Y aquí viene el matiz, porque si Iceman es capaz de controlar a Valtteri y deja que Sebastian ponga terreno por medio, la gestión de las estrategias va a ser mucho más fácil para Arrivabene y su gente.
Hay que cruzar los dedos, evidentemente, pero el crochet de esta tarde seguramente todavía está doliendo en Brackley.
Forza! Os leo.
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