Mi buen amigo Javi Prieto ha hecho hace relativamente poco una entrevista a Carlos Sáinz que, como de costumbre, no ha sido todo lo correspondida que merece [No vamos a coger a Red Bull este año].
En ella hay de todo, como en los buenos mano a mano, pero hay un párrafo que me sigue matando: «Bueno, tú cuando cambias algo en el simulador lo notas, por supuesto que
lo notas. Pero yo siempre he dicho que el simulador hoy en día es más
un arma para ingenieros que para pilotos. Los pilotos actuamos como
pilotos para simplemente hacerles la vida más fácil a los ingenieros a
la hora de escoger un setup y a la hora de escoger una dirección del
balance del coche para el fin de semana. Pero nosotros (los corredores)
para aprendernos el circuito y demás no lo necesitamos. Simplemente es
un arma que utilizan los ingenieros para ayudarse a sí mismos para
preparar el Gran Premio.»
Acoto, por si se nos ha pasado: «El simulador hoy en día es más
un arma para ingenieros que para pilotos. [...] actuamos como
pilotos para simplemente hacerles la vida más fácil a los ingenieros a
la hora de escoger un setup y a la hora de escoger una dirección del
balance del coche para el fin de semana [...] Simplemente es
un arma que utilizan los ingenieros para ayudarse a sí mismos para
preparar el Gran Premio.»
Enfoco un poco más, que así seguro que lo vemos: «Actuamos como
pilotos (de actuar o interpretar) [...] Es
un arma que utilizan los ingenieros para ayudarse a sí mismos...»
Bueno, escribir una entrada después de esto resulta como bastante chorra, para qué vamos a negarlo. Años y años hablando precisamente de este desequilibrio y Javi hace la pregunta adecuada y nuestro piloto madrileño contesta sin pelos en la lengua: el quid está en los ingenieros.
No sé, al repasar estas líneas he sentido como una convulsión en la fuerza. El Sabio de la montaña y el de Piedradura han saltado por los aires, por ejemplo. Ahora resulta que el currele del conductor es esencial para el ingeniero tipo porque sin un buen piloto en el simulador a ver quién ayuda al listo de la clase a que salgan las cuentas...
No quiero reírme. Hace años, Mike Gascoyne nos alertaba sobre el ahorro que suponía el túnel de viento (la aerodinámica) al respecto de la investigación en desarrollo, y ahora Carlos, gracias a Javi —las buenas respuestas siempre parten de buenas preguntas—, nos desvela quién compite realmente en la Fórmula 1 actual y, evidentemente, quién falla si las cosas no salen como está previsto.
Que el piloto esté supeditado de esta forma al engranaje me sigue pareciendo un completo sindiós. Y lo digo hoy, aun a sabiendas de que va a pasar como otras veces: que será como predicar en el desierto. Están fallando los ingenieros, señores y señoras, damas y caballeros. Son ellos los que nos han llevado al atolladero. Sus métodos son útiles, económicos, pero no sirven para un espectáculo del siglo XXI.
Afinemos un poquito más todavía: «para ayudarse a sí mismos.»
Os leo.
No sé, al repasar estas líneas he sentido como una convulsión en la fuerza. El Sabio de la montaña y el de Piedradura han saltado por los aires, por ejemplo. Ahora resulta que el currele del conductor es esencial para el ingeniero tipo porque sin un buen piloto en el simulador a ver quién ayuda al listo de la clase a que salgan las cuentas...
No quiero reírme. Hace años, Mike Gascoyne nos alertaba sobre el ahorro que suponía el túnel de viento (la aerodinámica) al respecto de la investigación en desarrollo, y ahora Carlos, gracias a Javi —las buenas respuestas siempre parten de buenas preguntas—, nos desvela quién compite realmente en la Fórmula 1 actual y, evidentemente, quién falla si las cosas no salen como está previsto.
Que el piloto esté supeditado de esta forma al engranaje me sigue pareciendo un completo sindiós. Y lo digo hoy, aun a sabiendas de que va a pasar como otras veces: que será como predicar en el desierto. Están fallando los ingenieros, señores y señoras, damas y caballeros. Son ellos los que nos han llevado al atolladero. Sus métodos son útiles, económicos, pero no sirven para un espectáculo del siglo XXI.
Afinemos un poquito más todavía: «para ayudarse a sí mismos.»
Os leo.
Diera la impresión que las empresas (ejem, escuderías) en su afán de quitar protagonismo al piloto, han puesto a la competición al sericio de la ciencia, en vez de poner la ciencia al servicio de la competición.
ResponderEliminarLa Robot Race ya está aquí. El futuro era esto.
ResponderEliminarSi es que se ve cuando en esta F1 un piloto deja adelantarse para no perder tiempo, las carreras son prácticamente una contrarreloj. En 4 vueltas el paquete está totalmente separado y nadie pelea con nadie
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