En Williams es preocupante todo. Es preocupante el actual estado de cosas. Es preocupante que un tipo como Kubica saque 1'2 segundos a un tipo como Stroll. Es preocupante el FW41, los tres problemas que prefirió no detallar Claire. El propio Paddy Lowe es preocupante. También es preocupante que alguien que se llama Ed Wood abandone el equipo —los cinéfilos echamos en falta esa «s» final en su apellido que lo explicaría todo, ¡acabáramos!— y que suene como recambio el ex McLaren Tim Goss. Todo, todo es preocupante en Grove.
Si la británica fuese italiana, un ejemplo, y se apellidase Ferrari, otro ejemplo, los plumillas isleños habrían entrado a viviseccionarla sin contemplaciones. Pero Williams es una joya de la corona y hay cosas que no se tocan en la Pérfida Albión, ni siquiera cuando las campanas de la iglesia advierten que el incendio es tan descomunal que puede acabar devorando el pueblo.
No es de recibo lo que está sucediendo aunque tenga sus explicaciones, ¡¿cómo no iba a tenerlas?!
Los gurúes callan como putas por falta de argumentos, no más. Para que puedan hablar han debido pasar al menos 15 años —ahí comienza su mundo de referencias—, y la historia del despeñe de Williams es más reciente, así que olvidaros de los habituales recursos a la tacañería de Frank, las anécdotas y cualquier otra tontería que no se remonte, al menos, a la época en que Jacques Villeneuve y Damon Hill defendían los colores y sacaban las castañas del fuego al equipo a mediados de los noventa del siglo pasado.
He defendido muchas veces a Claire Williams y he alabado sus enormes dotes para este negocio, así que con el permiso de los machistas que no lo son ni lo parecen, pero están insinuando que su matrimonio y maternidad han dado la puntilla al proyecto, me gustaría apuntar que su enlace con Marc Harris y el alumbramiento de su cría no han hecho otra cosa que desvelar que sin ella al mando de la escudería británica, ésta se ha ido al puto carajo.
Confieso que no he sentido ganas, ni me he tomado la molestia, de elaborar un rosario de hechos y acaecidos que justifiquen lo que acabo de decir. Voy a vuelapluma, pero grosso modo todo coincide. Ella se entretiene en su vida particular, es cierto, pero también lo que es que con suficiente antelación había contratado a un individuo solvente que se suponía que sabía hacer las cosas.
Lowe desembarca en Williams en septiembre de 2017 con una ilusión renovada tras su paso por Mercedes AMG (sic). Suya, más que de nadie, es la responsabilidad del FW41 y la elección de sus pilotos, y el merequetén que hubo en diciembre pasado, y el que nos estamos comiendo con patatas ahora mismo. Es Paddy a quien deberíamos apuntar, mamomes, que señalando a Claire lo único que hacemos es enseñar nuestros negros costurones.
Ni matrimonio ni maternidad ni pollas en vinagre. Por unas razones u otras ha faltado la chiquilla de Frank, Claire, y Williams se ha ido literalmente a la mierda. En eso, precisamente, consiste el ser imprescindible. Y a ver si salimos de ésta, que ésa es otra.
Os leo.
Ni matrimonio ni maternidad ni pollas en vinagre. Por unas razones u otras ha faltado la chiquilla de Frank, Claire, y Williams se ha ido literalmente a la mierda. En eso, precisamente, consiste el ser imprescindible. Y a ver si salimos de ésta, que ésa es otra.
Os leo.
Me cago en la leche, Josete, me cago en la leche...
ResponderEliminarYo apuntaría mas a los pilotos. Lowe esta claro que no ha hecho un buen trabajo, pero con unos pilotos más experimentados podrían transmitir mejor las sensaciones. No será lo mismo tener a Stroll y Sirotkin, que seran muy buenos o no, pero estoy seguro que no saben traducir las sensaciones del coche a los ingenieros como lo haría Kubica.
ResponderEliminarHace tiempo que el Mundial es un campeonato de marcas, pero de las grandes, y a los independientes o garajistas no se les augura un buen futuro, especialmente con esta F1 Hipertecnológica de motores híbridos y simulaciones computerizadas, que exige un gran músculo tecnológico y financiero.
ResponderEliminarEl sueño se viene abajo, pero no es nuevo, primero fue Lotus, luego Tyrrel... Caterham y HRT no tienen ni comentario, porque no tuvieron ni historia. Ahora le toca a Williams, y, si Zack no pone remedio, probablemente cuando las campanas dejen de sonar en Grove lo harán en Woking...
No sé si es signo de los tiempos, pero la competición avanza inexorable y a los british y su tradicional manera de entender la F1 se les ha parado el reloj. No sé si es mejor o peor, pero sí distinto, aunque no me guste.
Siempre nos quedará el GP Histórico de Mónaco.
Salu2!