martes, 24 de abril de 2018

Cantando bajo la lluvia


El Honda Indy Grand Prix of Alabama ha traído consigo una imagen preciosa como la de arriba, y algunas preguntas que ahora mismo son la comidilla de algunos incautos, dicho esto sin ningún ánimo de ofender, of course!, ya que la razón para que en la IndyCar se puedan disputar pruebas bajo la lluvia y en la Fórmula 1 resulte prácticamente imposible, es tan sencilla como que en esta última los pilotos van casi tumbados y en la primera de ellas viajan recostados.

La visibilidad es un aspecto crucial de la actividad del piloto de carreras. Si éste ve bien, tanto a lo largo como en amplitud, calculará y reaccionará mejor ante un coche rival o un imprevisto. Si su visión frontal o lateral está comprometida, su capacidad para enfrentarse a la pista y lo que sucede en ella mermará bastante.

Lo cierto es que empecé a hablar de estas cosas hace mucho, mucho tiempo. A nuestros conductores se les llamaba nenazas por no poder disputar el Gran Premio de China 2009 y me animé a explicar las razones físicas que se lo impedían [Pon un dummy en tu vida]. La cosa aquella ha ido calando pero al parecer, no lo suficiente, y hoy es el día en que todavía no se entiende del todo que con el volumen de coche que tiene ante sí el piloto F1 debido a que lleva las piernas casi horizontales a bastantes centímetros del suelo, su rango de visión se reduce, a la vez que las referencias desaparecen un montón de metros por delante.

Hice un esquema por épocas para explicarlo:


Y bien, el diseño de los Indycar parte de otro concepto. Como decía al comienzo, el conductor viaja recostado y esta posición permite que el morro del monoplaza tenga forma de cuña que apunta al suelo.

Parece una tontería pero en modo alguno lo es. El piloto Indy ve mejor y en un mayor espacio que el de F1, y, obviamente, puede disputar pruebas sobre mojado porque su desempeño al volante no está comprometido por la presencia de agua, desde luego, no tanto como en la Fórmula 1 en idénticas condiciones.

No hay más misterio, y tampoco cabe ningún drama, salvo, acaso, lamentar que nuestra disciplina acumule demasiado tiempo dejando que sólo Gene Kelly cante bajo la lluvia, porque la verdad, se la echa de menos.

Os leo.

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