Ya te he preparado lectura para el viaje, Carlos, y aunque vete a saber tú qué aguas andarás abriendo esta próxima Nochevieja, brindaré por ti, por Fran y por mí.
Hoy he contado esa historia que te gustaba tanto sobre Mercedes-Benz y esta tarde he dedicado unas líneas a Daniel. A nuestro gallito de pelea lo dejo para entre semana, que viene fuerte y uno nunca sabe cuándo se va a quedar sin pólvora. En todo caso, ya te aviso que vamos cubriendo la regata según el ritmo previsto y clavo a finales de diciembre las mil prometidas. Enero no fue bueno pero febrero resultó más fácil. En marzo navego todavía de ceñida, pero así y todo, voy más cómodo...
No he enseñado mis cartas ni pretendo dejar que mi vida se convierta en un cementerio aunque el viejo Nürbu empiece a parecerlo, descuida. No estás pero sí estás, y lo seguirás haciendo mientras el invierno de Gorliz me deje continuar gastando pantalón corto y chancletas, y yo siga recordando tus aventuras marineras, que conociste a Tabarly, y nuestras largas discusiones sobre McLaren, Ferrari, Lewis y Fernando.
La gente bonita seguirá estando ahí, igual que la mar, que siempre llama y a la que tarde o temprano hay que enfrentarse. Pero sea cual sea el océano que hayas decidido amar a partir de ahora, mantenme por favor informado, que el día que me toque partir quiero elegir quién llevará al timón, de quién recibiré órdenes, en qué barco tendré litera y manta, desde dónde escucharé aullar el viento y qué casco protegerá mis huesos de los embates de las olas.
Hasta que ese momento llegue, ¡cuídate, Sgto. O'Hara! Nos vemos...
[Aplausos]
ResponderEliminarSe supera maestro .
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