Excusatio non petita...

No soy un tipo fácil, lo sé de sobra. He renunciado a demasiadas cosas por cuidar de aquellos que me cuidaron cuando vine al mundo y aún en mis primeros pasos sobre él, incluso de quienes intentaron joderme la vida y no pudieron, o sí. Total, que en jueves de crepúsculo me encuentro con que mis cuñadas dominan la Tierra y que si nos dan un poco de tiempo, somos nosotros los que elegimos a Donald Trump para que lleve la vara de mando.

Olvidado aquello de que no ofende quien quiere sino quien puede, veo con desolación que todo son ofensas en el parvulario. A un tipo que ha tenido una ocurrencia de hacer un fotomontaje en Photoshop le han clavado 480 euros de pena cuando lo propio sería curtir a boinazos, pero bien curtidos, a los pacatos que han considerado que eso podía ofender a nadie, que han demandado y han persistido en mantener la demanda por muy ridícula que fuera.

La ley está de su parte, Trump también, y aquí cabe poco que decir.

Iba a hablar esta noche de que el primero que nos vendió a los moros malosos fue el tipo que llama ahora mojigatos a los de Liberty por quitar a las pitbabes y sustituirlas por chiquillos. Había pensado, como mal menor, en echar el ratito escribiendo sobre Lewis Hamilton, pero ¡leches!, a lo peor se me escapa la palabra negro en el texto y aparece el inquisitorial Prostvuelve para explicaros a qué me refiero y lo racista que soy... y quien se refiere a este espécimen de librepensador, alude a dos ejemplares de mis parientes políticas, que no sabrán hacer la o con un canuto pero van a misa los domingos y las fiestas de guardar y tal.

Os juro que en un acto de rebeldía hasta he considerado ilustrar esta entrada con la foto del cuerpo de Aylan sobre la arena... Un niño ahogado de los que hay a cientos, a millares; una redacción aniquilada por las balas, una discoteca asolada por la barbarie, la memoria que duele, Cassandra y sus chistes en Twitter, Las Ramblas en agosto... Nosotros que hemos asumido que antes de pronunciarnos hay que pensárselo dos o tres veces... ¡Qué jodido es todo!

No soy muy de Pérez Reverte, pero estoy con él en que el enemigo nos va a comer hasta los mocos porque se nos ha olvidado leer entre líneas, o tenemos miedo a hacerlo, que para el caso, patatas. Fundamentalmente porque ya está aquí, y no donde creemos discernirlo a diario, sino arriba o lejos de los focos, donde se mueven los hilos y la perfidia pasa de puntillas sin que apenas lo notemos.

The show must go on! Los listillos ganan por goleada. Que les vayan dando a Judas y a Pedro. No vayas al monte de los olivos. Dile al Padre de mi parte que me afeito y me pongo pantalón largo y soporto a mis cuñadas lo que no está escrito ni se paga, pero que nos evite esta celada porque vamos a una encerrona y en dos mil años, los mismos que te jalean ahora usarán tu nombre, el de él y el mío, para justificar cualquier tropelía con la intención de ejercer venganza sobre creyentes y paganos... No lo permitas, ninguno de los tres lo merecemos.

Abiteboul advierte a Brown de que Renault no pasará por el mismo aro con McLaren que con Red Bull, y se nota a la legua que está calmando en modo preventivo a Milton Keynes puesto que la gala pretende poner toda la carne en la barbacoa de Woking, porque la historia va por ciclos, se repite, porque acaba dando asco y siempre es mejor una excusatio non petita que una accusatio manifesta, aunque al final ambas acaben significando lo mismo.

Os leo.